La jornada inaugural de Roland Garros estuvo cargada de actuaciones argentinas y arrojó un saldo muy positivo. Diego Schwartzman, el líder nacional del ranking (13°), se impuso con autoridad en la Simonne Mathieu por 6-0, 6-1 y 6-3 ante el serbio Miomir Kecmanovic (40°), que venía de ganar su primer título en Kitzbühel. El Peque llegó a París con una gran inyección extra de confianza tras ser finalista del Masters de Roma, donde logró en cuartos de final la primera victoria de su carrera sobre Rafael Nadal, y se encargó de demostrarlo en estado de gracia. Siempre se sintió en el dominio del partido y explicó las razones: “Él había jugado bien en Kitzbhüel pero las condiciones son muy distintas, hay altura, se juega rápido y la pelota pica altísimo. Le costó mucho por la forma en que yo jugué”.
“Nunca jugamos acá con tanto frío, llueve casi todos los días, pero las condiciones son parecidas a lo que viví en Roma y creo que me favorecen”, analizó el mejor argentino del momento en relación al entorno inusual del torneo, desarrollado este año en el otoño europeo debido a la interrupción por el coronavirus. El Peque espera rival del duelo entre el francés Corentin Moutet y el italiano Lorenzo Giustino.