LA REGIÓN
La mirada de un misionero sobre el balotaje en Brasil
El triunfo de Lula en el balotaje en Brasil abrió un nuevo escenario en el gigante sudamericano. Y entre tantas miradas, se encuentra la del misionero Aldo Zang, doctor en Matemáticas que se desempeña en el Instituto Tecgraf OPA de Río de Janeiro y quien está radicado en el país vecino desde principios del 2000.
En diálogo con gentecononda.com Zang aclaró que “no soy de la política”, pero analizó que se llegó a esta elección con un país “polarizado” y diferenció qué estuvo en juego en esta segunda vuelta. Destacó que “prácticamente se presentaron dos modelos de sociedad, uno más abierto, con una mirada social, que sería el de Lula” y el otro “más conservador y que se preocupa con las minorías controladoras, que buscaba mantener los privilegios de pocos”.
Zang, quien es de colonia San Alberto en la localidad de Puerto Rico, se preguntó: “Uno piensa cómo la gente vota en eso” en referencia a Bolsonado, pero el discurso usado por este dirigente “consiguió penetrar y convencer a las personas que eso era necesario”. Recordó que “gran parte del país entró en crisis cuando aparecieron los escándalos de corrupción” y que parte de la población “tomó odio del PT y eso fue combustible para Bolsonaro, con un discurso que convencía lograr ganar. Además de eso, Bolsonaro buscó apoyo en el sector evangélico del país, que hoy día tiene una bancada grande en el Congreso y tiene mucha influencia; ahí consiguió gran parte de su electorado me parece”.
En contraposición, sobre cómo comenzó a cambiar la mirada sobre el actual presidente brasileño, destacó que estuvo ligado a “los problemas enfrentados en la pandemia y algunos casos de corrupción que salieron a la luz”. Además, “una gestión económica que no fue bien, parte del electorado vio que no era todo lo que prometía. Aparte de eso, todo el tiempo atacaba las instituciones democráticas y aisló bastante a Brasil en el escenario internacional”.
Según el doctor en Matemáticas, “había buenos candidatos aparte de Lula y Bolsonaro, pero ante el miedo de que vuelva el PT y el miedo a seguir en el modelo actual, inclusive los seguidores de esos otros candidatos prefirieron tratar de no arriesgar y votar más que por gusto en algún candidato, tratar de evitar al otro”. Entonces, prosiguió, “muchos votos de Lula no son de él y sí votos contra Bolsonaro; mientras que lo mismo pasó con Bolsonaro, muchos de sus votos eran para evitar que vuelva Lula”.
Respecto de con qué se va a encontrar Lula, adelantó que “va a tener un trabajo difícil, por el escenario económico que se vive a nivel mundial. Aparte de eso tiene un Congreso bastante dividido y poco favorable, más bien favorable a Bolsonaro”.
Subrayó que “seguramente tendrá que hacer muchas concesiones para poder gobernar y no va a conseguir implementar las cosas a pleno, pero creo que el papel primordial es conseguir unificar el país, mejorar al menos un poco la situación de millones que se empobrecieron mucho en los últimos años y especialmente a raíz de la pandemia”. Consideró que si el país “logra tan sólo pacificar los ánimos y salir de esa polarización (estilo Trumpista) ya será un gran avance, cosa que en las próximas elecciones sea posible llegar con candidatos renovados y con proyectos relevantes para el país”.
El misionero analizó que por lo que se ve a nivel mundial “se está viviendo esta onda de un fascismo queriendo dar las caras de nuevo. Tuvimos Trump, Bolsonaro, ahora una ultraderechista en Italia” y alertó que en Argentina “hay muchos simpatizantes de Bolsonaro; pero, Bolsonaro no es parecido a Macri ni Lula es remotamente parecido a Cristina o Alberto. La situación de Brasil no es ni de cerca parecida con la de Argentina hasta donde yo la veo”.
“A mí me gusta el orden, y a veces el discurso de Bolsonaro puede seducir por eso”. Recordó que el presidente habló de “meter preso a los ladrones, armar la población para defenderse, y con ese discurso de buenas costumbres, defensor de la patria, de la familia, se eligió”.
Aunque aclaró que “tampoco soy un enamorado de Lula. Vine a Brasil en el 2004, cuando Lula ya tenía unos dos años de mandato. Y durante una década el país avanzó mucho en materia de educación que era el área donde yo estaba inserto”.
Las dos caras: “Venían profesores de otros países a trabajar acá porque los sueldos eran buenos, había empleo, becas para venir a estudiar”, recordó Zang y remató: “Todo eso disminuyó drásticamente en los últimos seis años. Muchos proyectos científicos fueron paralizados por falta de dinero, muchas becas no fueron renovadas o no abrieron nuevas vacantes y tengo colegas que eran profesores en universidades prestigiosas aquí y fueron a otros países porque estaba insustentable acá”.
Consecuencias: Por último, reflexionó que “en el mundo actual un desmonte en ciencia y tecnología por 4 o 5 años trae un enorme atraso, muy difícil de recuperar, no es como hace 50 años atrás que en 10 años no cambiaba mucho. Hoy en 2 años el mundo cambia un montón tecnológicamente, si perdés el tren no lo alcanzas más”.