Activistas de la ultraderecha del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reclamaron este miércoles frente a cuarteles del Ejército en todo el país, con amplia presencia en San Pablo y Río de Janeiro, un golpe de estado militar para desconocer al mandatario electo el domingo, Luiz Inácio Lula da Silva, en un movimiento que se sumó al iniciado el lunes por ruralistas y camioneros en más de 100 rutas.
La manifestación ocurrió un día después del pronunciamiento de Bolsonaro, que evitó aceptar la derrota y felicitar a Lula, y apenas indicó que iba a cumplir la Constitución, a 24 horas del inicio de los trabajos de transición hasta el 1 de enero, que serán coordinados por el vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, y el jefe de gabinete del gobierno, Ciro Nogueira.
Pero Bolsonaro hizo este miércoles un aporte claro a la cuestión: además de manifestarse triste, pidió a sus seguidores que “desbloqueen las rutas”, al argumentar que esa medida “no forma parte de estas manifestaciones legítimas”.
“No queremos perder nuestra legitimidad”, afirmó Bolsonaro en un video divulgado en redes sociales.
Aclaración sobre supuestos gestos nazis. Este miércoles, en San Miguel do Oeste (frente a la localidad de San Pedro) manifestantes a favor de Bolsonaro habrían realizado gestos asociados a simbología nazi, aunque luego el Ministerio Público Fiscal de Santa Catarina lo desmintió. En un comunicado, esgrimieron: “Tras la difusión de un video en el que manifestantes hacían gestos que podrían significar apología del nazismo en una manifestación en la mañana de este miércoles (11/2), el Ministerio Público, a través del GAECO – Grupo Regional São Miguel do Oeste, realizó la identificación de manifestantes, analizó imágenes y conversó con testigos de los hechos, y evaluó que no hubo intención, al parecer, de apología del nazismo, sin indicios de delito, a pesar de que la actitud era absolutamente incompatible con el respeto exigido durante la realización del acto. himno nacional y poder generar cierta responsabilidad.