El hombre que apretó el gatillo a centímetros de la cabeza de Cristina Kirchner, Fernando Sabag Montiel, habló desde la cárcel tratando de desvincular a todos: a su pareja, Brenda Uliarte, a los integrantes de Revolución Federal o a cualquier vertiente opositora violenta. Desde el penal pretendió instalar que actuó solo, sin ayuda, sin financiamiento y sin conexión alguna. Pero además, no sólo reiteró que quiso matar a CFK y la bala no salió porque se puso “nervioso”, sino que insistió en que no se arrepiente.
Al mismo tiempo, Sabag le mandó una carta al fiscal Diego Luciani -acusador en el juicio conocido como Vialidad- reclamando “que otros jueces intervengan en la causa, Andrés Basso, Jorge Gorini, Julián Ercolini”, o sea todos los que participaron de la ofensiva judicial contra la vicepresidenta.
En diálogo con C5N, Sabag Montiel desde el penal de Ezeiza hiló bien las frases, a diferencia de las incoherencias que aparecen en la carta.
“Entenderás que mi situación es muy comprometida –dijo–. Yo estuve buscando los medios de forma despavorida. Yo lo hice por motus propio (NdR: lo correcto es motu proprio, que significa por su propia iniciativa). Están inventando una historia. Actué solo. Con respecto al atentado, sí. Y tengo las pruebas acá. Brenda Uliarte no tiene nada que ver”, le dijo a C5N.
Cuando fue consultado si se arrepiente fue escueto pero tajante: “No”. Y apuntó que quiso matar a CFK “por la situación del país”. Y respondió que “sí”, la quiso matar, que el arma “estaba cargada, tiré el gatillo y el tiro no salió. Tenía cinco balas el arma. Después, me plantaron balas en mi casa. Pusieron droga diciendo que yo era un drogadicto. Están defenestrando, inflando una imagen que yo no soy”.