El viaje de Lionel Messi y su familia a Arabia Saudita terminó haciendo detonar un escándalo en el PSG (o le dio excusa a la dirigencia para encender la mecha). El club decidió sancionar al delantero, de 35 años, con dos fechas de suspensión por la excursión supuestamente inconsulta teniendo en cuenta que, luego de la derrota ante Lorient, el entrenador Christope Galtier le había dado un solo día libre al plantel y no dos, como estaba estipulado si el resultado era una victoria.
Del lado del argentino subrayaron que la directiva del elenco francés estaba al tanto de la travesía, lo mismo que el director deportivo Luis Campos, y que el jugador, embajador del turismo de Arabia Saudita, no podía volver a postergarla. El argumento del líder de la Ligue 1 es que la autorización nunca se hizo efectiva. Lo concreto es que se ausentará los próximos dos partidos del PSG: ante Troyes y Ajaccio (dos de los rivales más débiles del certamen) y tampoco se entrenará con el equipo en este periodo. Posteriormente le quedarán tres fechas (contra Auxerre, Racing de Estrasburgo y Clermont) aunque, luego de este conflicto en ciernes, hay que ver si el campeón del mundo con la Albiceleste volverá a vestir la casaca del PSG.
“Dos semanas sin entrenar, sin partido para Messi, al que le retendrán el sueldo. Ya no avanzamos demasiado si anunciamos que ya no estará el año que viene también en el PSG”, arriesgó Loic Tanzi, periodista de L’Equipe, en su cuenta de Twitter. 25 minutos después directamente bajó la persiana: “Messi ya no estará en París la próxima temporada”. El diario, dueño de la revista France Football (que entrega el Balón de Oro) luego publicó la noticia.
Mientras el entorno del ídolo aguarda por la comunicación oficial de la sanción por parte del club (que llegó primero a los medios -incluso el rumor, que empezó a correr desde ayer- que al propio futbolista), su futuro continúa sumergido en la incertidumbre. Es que esta decisión, con aroma a destrato, llega cuando existía una oferta de renovación sobre la mesa por otro año, en las mismas condiciones de los dos iniciales a punto de finalizar el próximo 30 de junio.
Detalles. A pesar del acuerdo económico (que la prensa francesa se ufanó en negar cada vez que tuvo oportunidad, alegando un pedido de aumento de Messi que su círculo íntimo desmintió repetidamente), el jugador exigió conocer el proyecto deportivo, dado que tanto el DT como el director deportivo están en la cuerda floja, y arrecian las versiones sobre una reestructuración de la plantilla. Ahí se frenó todo. Y se animaron los demás interesados: Barcelona, Inter Miami, Al Hilal de Arabia Saudita y Newell’s, el club del corazón de la Pulga, siempre atento para abrir la puerta.