“Esa cuestión de creer que somos libres de elegir, estamos lejos. Es complicado para el tema de la estima y la autoconfianza”. dice y ya nos plantea de esta manera el escenario donde se va a mover y el gran desafío a trabajar.
La Psicóloga, Sexóloga y Escritora, Andrea Orlandini, habló en CIRCUS 104.9.
Fue en el ‘Año 011’ en el segmento «Vivir en Colores» del programa QUIÉN DIJO? (lun a vie 15h) donde conversamos sobre el condicionamiento de nuestro deseo.
En una muy rápida teorización, veamos qué es el deseo para los 3 principales referentes de la psicología, Jung, Lacan y Freud.
Para Sigmund Freud: Pulsión y sublimación.
Para Carl Jung: Energía en general y manifestación de los procesos vitales.
Para Jacques Lacan: Es simbólico, determinado por las relaciones imaginarias y lo perdido.
Muchas veces creemos que nuestras elecciones son libres. Que nuestro deseo, nuestra libido y todo lo que relacionado al campo erótico e incluso de los diversos vínculos humanos, lo son. Pero no. Y no sólo que no lo son, sino que, además, son sumamente enrevesados y variados. Sin dudas la complejidad del tema nos lleva a terrenos sinuosos, a veces a difícil comprensión en pocas palabras.
Y es ahí donde diversos factores entran ese juego de condicionamiento. Ahora no sólo dependientes de nuestra historia vincular familiar, sociocultural, político, religiosa y económica, sino que también ahora determinada por algortimos.
Andrea una vez más, baja estos temas a un lenguaje más fácil de entender. E incluso a su vez, abre un dossier especial sobre las miradas. “La mirada humana sostenida, quizás sea lo más afrodisiaco que existe”, afirma. Para luego añadir: “Ciertamente las miradas cuidan, sostienen, reparan, son importantísimas en cualquier vínculo humano.”
Comenzamos esta nota con sus palabras acerca de ese mito en el cual creemos ingenuamente que tenemos libertad y que elegimos soberanamente. Por lo que nos deja un reto: “No nos quedemos con lo que dicen las redes, que no es poca cosa. Así que, si nos han formateado, tenemos la responsabilidad de seguir cuestionando, revisando estos modelos que podemos modificar si nos damos cuenta de ello”. Lindo desafío ¿no? ¿Tenés la voluntad de aceptar este “challenge”? ¿O vas a preferir que te lo sigan digitando?
Pasen y lean (o vean) una nota para trabajar en nuestro deseo
“Yo crecí formándome como terapeuta con varios autores, uno de ellos, John Money, decía que la configuración de nuestra persona, que podía convertirse en objeto de deseo, se formaba a partir de los 7, 8 años, como un mapa erótico, un mapa de amor, un imaginario de la persona, que podría ser sobre lo afectivo, emocional, sino también erótica. Y eso está configurado por personas adultas, que están cerca nuestros y que tomábamos y seleccionábamos para armar nuestro mapa”. Es lo primero que nos cuenta Andre.
Estándares y hegemonía. “Realmente estamos condicionados, ya que desde muy pequeños/as venimos consumiendo ciertos estándares de belleza hegemónicos que realmente que limitan nuestra libertad de poder elegir. Por ejemplo: En una cita de Tinder, uno cree que es como libre que va eligiendo. Pareciendo que son los algoritmos los que determinan cuales son las personas que estás dispuesto a ver. Te van puntuando dependiendo los ‘likes’ que recibas, dependiendo que tan hegemónica/o sos y te van poniendo un puntaje de belleza. Entonces, eso que creemos que vamos eligiendo, que vamos acercándonos por afinidades a personas, casi hasta de manera casual.”
Miserias posmodernas. “Nos han hecho creer y también hemos heredado esta cosa del consumo de ciertos estándares que no nos dan mucho margen. Y hay mujeres y hombres que se puntuan, esto es un horror. Está en la serie ‘Black Mirror’, seres humanos que se puntúan en cuanto a su belleza y aptitudes tienen y te emparentan con personas de tu misma ‘idoneidad’.
Y si tomás esto como algo global/social que nos atraviesa, si esto es en lo virtual, en el mundo real, cuando vamos por la calle, también ya estamos condicionando nuestra mirada.”
Volver a mirarnos y sonreírnos. “Cuando hay un distanciamiento y una desconexión, es mucho más simple volver a mirarnos y de ahí facilitar una conversación. Y esa mirada es fundamental, porque nos humaniza, es la mirada conciliatoria, de confirmación, que da nos da un lugar frente a otra persona. No hablo de palabras, ni de abrazos, ni siquiera besos, sino es una mirada sostenida”.
Andrea Orlandini en Internet:
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Facebook: Andrea Orlandini
Por: ALE OJEDA para CIRCUS y GENTECONONDA.COM
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