El Hotel La Reserva Virgin Lodge eleva la vara de manera constante. Con el bonus de que se encuentra en el corazón de la Selva Iryapú, en las 600 Hectáreas de la ciudad de Puerto Iguazú, el atractivo es esa simbiosis en la cual conviven las aldeas guaraníes y distintos alojamientos de la ciudad.
El tesoro escondido de la Selva Iryapú mantiene su vigencia y está en constante expansión, con mejoras día a día en cuanto a la calidad y con un producto premium: las nuevas 24 habitaciones Avá, pensadas para un público exclusivo (sólo parejas adultas), lo que permite una experiencia distinta en la intimidad de la naturaleza, con espacios y cuidados de manera detallada, decoración exquisita y la integración de la buena arquitectura con la naturaleza.
Exquisito, para amantes del buen gusto y el contacto con la naturaleza, el hotel constantemente se renueva y sumó mayor capacidad, además de las 86 habitaciones con las que ya contaba, con el plus de que estas son para parejas.
“El hotel está instalado hace muchos años, ya es referencia en la zona Cataratas”, indicó el gerente Daniel Mendoza. Agregó que la innovación es constante y que a lo largo del año la demanda es satisfactoria, al punto que señaló que el promedio de ocupación ronda el 80%.
“Es un hotel diferente, en la Selva Iryapú, donde se tiene la posibilidad de estar ciento por ciento en contacto con la naturaleza”, reflejó Mendoza.
Además de las habitaciones para la familia y parejas, otro atractivo del hotel se centra en la gastronomía “exquisita” con El Boyero Restó de la Selva, cuya carta de presentación conjuga aromas, colores, texturas y sabores únicos, lo que provoca una tentación irresistible. Degustar un buen plato tiene como acompañantes la vista a la naturaleza y la pileta. A ello hay que sumar la barra de tragos, con identidad “de autor” para preparaciones clásicas o experimentales y el desayuno “cinco estrellas”, el cual los huéspedes pueden solicitarlo a la habitación.
También hay espacio para el relax y nutrirse con la naturaleza en primera persona. Para la primera opción, la sala de masajes es la idónea al momento de un tratamiento que llevará a sentirse renovado, así como también tomarse un recreo en el spa. En tanto, la segunda alternativa ofrece caminatas para contemplar la flora y fauna o bien un minitour en bicicleta para sentir la adrenalina por dentro.