El ministro de Economía, Luis Caputo, decidió que las tarifas de luz y de gas no tendrán aumentos por inflación a partir de julio, aunque la cartera continuará con los trabajos para definir un nuevo mecanismo de indexación mensual en las boletas. También será diferido, al igual que mayo y junio, el incremento del impuesto a los combustibles (ICL) previsto desde el próximo lunes. Así lo confirmaron a Infobae fuentes del Palacio de Hacienda.
El Gobierno no quiere poner en riesgo la desaceleración de la inflación, que podría haberse interrumpido en junio, por lo que avanzarán en la postergación de incrementos en rubros sensibles para los consumidores. Obviamente, eso implica mayor presión futura sobre los precios minoristas pero un alivio de corto plazo en el bolsillo.
En las próximas horas el Poder Ejecutivo publicará un decreto en el que diferirá el incremento del ICL pautado para el próximo lunes, al igual que sucedió en mayo y junio. Desde el primero de julio la suba del tributo redundará en un aumento de solo el 1% en los precios finales de la nafta y el gasoil, mucho menos que el 18% previsto, según pudo confirmar Infobae con fuentes oficiales.
En cuanto a los servicios públicos de energía, el incremento postergado en julio tiene que ver con los componentes de distribución y de transporte, dos de los cuatro ítems de las facturas además del costo de la generación y los impuestos en todos sus niveles. La intención de Economía era poner en marcha un mecanismo de actualización mensual sobre las tarifas de distribuidoras y transportistas para evitar que se retrasen en términos reales.