Controlar un organismo, dependencia o hasta un Estado tiene sus desafíos pero también sus consecuencias. Obliga a conformar un equipo con los mejores nombres en pos de que las decisiones sean profundas, maduras, estables. Todo con el fin de evitar el menor margen de error. Porque muchas veces, una determinación puede marcar un quiebre, para bien o para mal. Allí es cuando sobresalen los atributos, esos que demanda la sociedad y que se distinguen en los momentos más delicados. Saber qué y cómo son variables esenciales para encauzar el norte, cuando el escenario se presenta espinoso.
Por estos días hay focos de reclamos a los que se deben prestar atención. Estos hacen cada vez más ruido y simultáneamente van de la mano con este singular 2020: el covid. Por eso, no se puede soslayar este momento que resulta imprescindible resolverlo. Y obliga a replantearse ciertas pautas. Por caso, en las actuales proyecciones del presupuesto para el año próximo, el gobierno de la provincia destinará casi un 70 por ciento al contenido social-sanitario. Pero sabe que no debe desviar el foco de la masa asalariada, por una cuestión lógica: el salario está atado a la inflación (todavía con coletazos de lo que fue la gestión nacional del gobierno anterior) y el humor de los mercados relacionado a la reestructuración de la deuda, que impacta de lleno en el punto anterior.
Por eso el presupuesto marca también el termómetro: saber qué tengo para ver hasta dónde puedo avanzar. Hay prioridades, es cierto, pero dentro de ellas está mantener el orden social, una característica de los últimos años. Es más, hasta incluso se pueden corregir decisiones que en un momento se pensaron como viables, pero después el análisis fino arrojó que no eran eficaces ciento por ciento. Y no está mal, el humano también se equivoca. Como también es clave construir a partir del diálogo; de éste y las conclusiones salen las ideas superadoras.
Hay que tomar nota de otro punto: los planteos no pueden abordarse con la guardia baja. Y darle una solución que marque una conducta, como se indicó semanas atrás cuando el gobierno resolvió el conflicto policial. Esa cualidad se distingue como gestión, una marca esencial de cada conducción.
Porque existe un denominador común al que no se puede dejar de lado e involucra a todos: la prevención y el compromiso para mantener los números bajos de contagios de covid. Se sabe, las aglomeraciones pueden ser caldo de cultivo. Y que Misiones ocupe uno de los últimos lugares del ranking de casos también se presenta de forma contraproducente, por el amplio recorrido del virus.