A primera hora del martes se produjo el alivio tan esperado para la Argentina. El gobierno nacional acordó con los bonistas por la deuda (era el último día del plazo) y los mercados reaccionaron favorablemente. Este buen paso permitirá ahorrar cerca de 40 mil millones de dólares en los próximos años. Todavía se escucha el eco de las repercusiones, pero también existe el planteo de cómo seguirá el esquema económico de ahora en más. Para ello, el analista misionero Federico Villagra remarcó como “buena noticia” el acuerdo y desmenuzó algunos detalles de lo que ocurrió: “Uno de los más fuertes es BlackRock, que compran deuda para después hacerse de ganancias muy rentables. La posición inicial de Argentina era de 38-40 dólares por bono y los fondos pedían 60, la Argentina llegó a un monto de 54,8 y se acordaron alrededor de 66 mil millones de dólares. Resta con el FMI, pero no deja de ser una buena noticia”. En su habitual columna en Ahora o Nunca por Circus 104.9, Villagra acotó que “esto te da previsibilidad”, pero sugirió que “no es la panacea, porque tenemos muchos problemas estructurales que vienen de los últimos 30 años”. El economista destacó que la gente va confiar un poco más, y que el “mundo se empieza a animar a invertir en tu país”, además de que “lo que te va a producir en la economía local es estabilidad en el dólar”. En esa línea marcó que a corto plazo pasó la tormenta, pero se avecina “otra, como la cantidad de billetes emitidos, la alta inflación, un déficit fiscal de 11 puntos del PBI, un desempleo muy elevado, nuevas formas de trabajo”. Para que se pueda mantener el equilibrio por un período sostenido, apuntó que “todo dependerá del riesgo alto de devaluación, de inflación, porque no nos olvidemos que desde el comienzo de la cuarentena aumentó la base monetaria en 1,5 billones de dólares, representa casi un tercio del dinero que hay en el país”. Villagra insistió en que los problemas estructurales “no se solucionaron”, y que cuando se abrieron muchos comercios en Misiones, “esperábamos una oferta de precios y se duplicaron”. Añadió que esto se debe a que no hay un costo de reposición y por eso suben alimentos, indumentaria, entre otros. Con una mirada global, precisó que para América Latina las proyecciones son más negativas, debido a que no es una economía desarrollada, agregó que la Argentina tiene poca capacidad de adaptación a los nuevos hábitos y que las proyecciones del Banco Mundial son de una caída del 10% del PBI; y para el 2021 una recuperación “muy chiquita”. “Al cerrarse una economía tenés que consumir lo que tenés”, explicó; y sumó que como en la provincia no hay precios de referencia los productos aumentan. Por último, sugirió para los que emprenden que apuesten por negocios en que los que sí o sí “uno lo consume diariamente”.