Falleció a los 80 años la escritora Howard Allen Frances O’Brien, más conocida como Anne Rice.
Fue por complicaciones derivadas de un derrame cerebral.
Nacida en una familia católica conservadora en New Orleans el 4 de Octubre de 1941.
Escritora de novelas vampíricas, fantásticas y literatura erótica, todo con aire gótico y existencialista. Mucho antes que ‘Crepúsculo’ y las ’50 sombras de Grey’. Toda una vanguardista.
La madre de los vampiros modernos
Sus obras nacieron tras el fallecimiento de su hija de 5 años tras sufrir de leucemia. Sumergida en el alcoholismo por un duelo terrible que no podía superar, comenzó a escribir intentando allí canalizar ese dolor insoportable.
Fue esa pérdida la que la lleva a volverse atea, tras haber sido una niña criada en una escuela de monjas.
Sus vampiros no le tienen miedo a los crucifijos ni a los ajos, tampoco mueren por estacas en el corazón, ya que sus cuerpos se regeneran.
Otra particularidad que le atribuyó Rice a sus vampiros fue el humanizarlos y dotarlos muchas veces de las banalidades, la vanidad de la miseria de la vida humana. También de no tener una identidad u orientación sexual definida. Pueden ser queers, bisexuales o pansexuales. (Y estamos hablando de obras escritas entre los 70s y los 80s, o sea, toda una vanguardista).
También mostró una total ausencia del dios cristiano. Por eso tampoco los símbolos religiosos que en la literatura clásica era el terror de los vampiros, acá, no hacen mella alguna en ellos.
Todo eso podemos encontrar en la saga de las ‘Crónicas vampíricas’, que arrancó en 1976 con el clásico ‘Entrevista con el Vampiro’ y que se extendió a lo largo de 14 libros. Siendo el último ‘La comunidad de la sangre: Los relatos del Príncipe Lestat’ (2018).
Escritora erótica: Rebeldía feminista a su manera
Rebelde, como lo fue desde su niñez, cuando decide cambiarse el nombre otorgado por su madre y su padre, por el de Anne, también practicó su propia forma de feminismo.
“Las feministas desde fines de los 70s dijeron que la pornografía era opresión machista, pero a mí me gustaba. Sentía que era un elemento que empoderaba. La mayoría de las más ricas pornostars son mujeres, la mayoría de las productoras de cine porno están regenteadas por mujeres. Lo único con lo que no estaba de acuerdo era con la ausencia de elementos románticos. Entonces decidí hacer mi propio porno escribiendo literatura erótica”.
Así fue como creo las obras ‘La noche de todos los Santos’ (The Feast of All Saints) (1979); ‘Hacia el Edén’ (Exit to Eden) (1985) y ‘Belinda’ (1986).
Luego toda una saga erótica, igual de exitosa que la de los vampiros. ‘El rapto de la Bella Durmiente’ (1983), ‘El castigo de la Bella Durmiente’ (1984) y ‘La liberación de la Bella’ (1985).
30 años después, aprovechando el éxito que tuvo una mujer escribiendo sobre sadomasoquismo y sumisión sexual con las ’50 sombras de Grey’, publicó una continuación de su trilogía original, llamado ‘El reino de la Bella Durmiente’ (2015)
Otras obras también dentro del marco erótico fue la saga: ‘Las vidas de las brujas de Mayfair’ que incluyen: ‘La hora de las brujas’ (The Witching Hour) (1990); ‘Lasher: La voz del Diablo’ (Lasher) (1993) y ‘Taltos’ (1994).
En temática gay vampírica, creó ‘Pandora’ (1998) y ‘Vittorio’ (1999).
“Yo creía que la verdadera liberación era disfrutar de la pornografía, escribirla, apropiársela. Estas novelas eran mi manifiesto político”. Afirmó
Revisionismo cristiano
También habíamos dicho que la muerte de su hija a causa de la leucemia la había vuelto atea y negaba en todo sentido la existencia del dios judeocristiano. Fue en la saga ‘El Mesías’ donde hace gala de todo su ateísmo con un revisionismo en las obras ‘El Mesías. El niño judío’ (Christ the Lord: Outlook of Egypt) y ‘El Mesías. Camino a Caná’ (Christ the Lord: The Road to Cana).
(Informe por: Alejandro Ojeda para Circus y GenteConOnda.com)