«El pico de casos de Ómicron en todo el país esta semana ha tenido un impacto directo en nuestras tripulaciones y las personas que dirigen nuestras operaciones», dijo la compañía United Airlines, que tuvo que cancelar el viernes más de 200 viajes.
Delta Air Lines también canceló 260 vuelos, según Flightaware, tanto por el coronavirus como, en menor grado, por condiciones climáticas adversas.
«Los equipos de Delta han agotado todas las opciones y recursos» antes de decidir estas cancelaciones, argumentó la aerolínea en un comunicado citado por la agencia de noticias AFP.
Estas anulaciones frustraron los planes de muchas personas de pasar las fiestas con sus familias o de volver a viajar en las vacaciones de final de año, después de que la Navidad de 2020 fuera golpeada de lleno por la pandemia.
Esta situación se repitió también en menor medida en Reino Unido, Australia y en China, donde la compañía China Eastern anuló 480 vuelos, cerca del 20% de los itinerarios previstos y Air China dejó en tierra un 15% del total de aviones que debían volar.
En el caso de Estados Unidos la situación también da cuenta de una batalla entre las directivos de las grandes aerolíneas y los sindicatos.
En respuesta al caos previo a las vacaciones, las aerolíneas enviaron esta semana una carta a la directora de los Centros de Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), Rochelle Walensky, para pedirle que flexibilice el periodo de aislamiento que deben cumplir las personas vacunadas que hayan estado expuestas al virus de diez a cinco días.
Ante la presión del grupo Airlines for America, que representa a Delta, United y American, ante los CDC para reducir los tiempos de aislamiento, el sindicato de los auxiliares de vuelo (AFA) envió a Walensky una carta para que se mantengan los diez días pautados.