El musicólogo, comerciante y emprendedor local Celio Klausen, vino a Circus 104.9.
Fue en el segmento “Pintó nota deluxe”, del programa Quién Dijo? (lun a vie), donde nos contó sobre su vida y sobre Rincón Musical, uno de los negocios más legendarios de la ciudad.
Mi primer recuerdo se remonta a 1988, tenía 10 años. Salía de estudiar Inglés e iba la parada por el camino más largo para quedarme largo rato con “la ñata contra el vidrio” observando las tapas de los discos. El del single “Can I play with madness” de Iron Maiden y el del LP “Doble vida” de Soda Stereo eran mis favoritos. Luego ya en 1992, con 14 años y con los ahorros de un trabajo temporal que hacía en el horario que no iba al colegio, me compré es “Use your illusion II” de Guns N’ Roses, convirtiéndose en mi primer CD. No tenía donde reproducirlo, pero no me importaba.
Así como yo, miles se habrán quedado observando sus vidrieras o se habrán comprado su 1er material allí. Sin dudas tanto él, su negocio, son un emblema de la ciudad. Muy pocos, contados con los dedos de una mano, pueden darse el lujo de decir que están hace tanto tiempo en la ciudad y siguen siendo atendidos por sus propios dueños desde hace 52 años.
Llegado a con sólo 18 desde la ciudad de Hersilia, a los 28, en 1968 abre Rincón Musical, que ya podríamos catalogarla como una “institución”. Primero sobre calle Bolivar, frente al Correo, luego, desde los 80s en San Lorenzo y Córboba, cuando también incorporan instrumentos musicales.
Nos dejó algunas frases memorables, como “Me sorprende que los autos traigan reproductor de MP3 y no de CD, cuando nunca fue legal, ninguna discográfica editó o apoyó el uso del pen drive”.
También el resurgimiento del vinilo: “Es a nivel mundial y acá tenemos el fenómeno del rock nacional que tiene muy buena salida.”
Sabías que las cabinas para escuchar música aún las mantienen intactas como hace 52 años y son un tesoro que conserva e incluso gente que no vive acá pasa a conocerlas? Bueno, de eso y más enterate en la entrevista.
Pasen y lean (o escuchen) una nota a Celio, quien musicaliza Posadas hace más de medio siglo
“Desde los 13 años que ando con la música, ya que en mi pueblo, Hersilia (Santa Fe), yo trabajaba con una persona que era músico y más de una vez me dijo: ‘Celio vos vas a tener que ir a animar a tal club porque yo tengo que ir con la orquesta’. Yo iba a amenizar con discos de 78 RPM. A veces incluso me venían a buscar de otros pueblos y yo animaba los bailes con 13, 14 años. A los 18 años vengo a Posadas y me pongo a trabajar en una casa que vendía música grabada y a los 28 es que abro mi negocio propio, Rincón Musical, por calle Bolivar frente al correo, hasta que en 1980 nos mudamos a Córdoba y San Lorenzo. Tuvimos una sucursal en la vieja terminal de ómnibus (Uruguay y Mitre) donde muchísima gente del interior compraba ya que en sus pueblos no había disquerías. Y por suerte hasta el día de hoy mucha gente del interior lo hace”. Nos cuenta sobre como se inició en esto de la música, que es su gran amor y pasión.
Luego continúa contándonos como logra mantenerse firme después de 52 años: “Con dedicación y constancia, tratando, procurando ‘aggiornarse’, ver lo que el público busca en música y en instrumentos. Nuestro as bajo la manga es buscar cosas distintas, la atención personalizada, eso vale mucho. No es lo mismo ir a un lugar y ver fríamente una mercadería, que te estén asesorando y si no lo tenemos y está en existencia lo conseguimos. La mejor publicidad es el boca en boca y la buena atención.”
Sorpresas que sólo la música da: “Los cassettes siguen saliendo es increíble. Es notable porque principalmente son jóvenes que no tienen ni idea como funcionan, pero han heredado equipos y van, buscan, nos piden. Y hay distribuidoras a las que le han quedado entonces se lo traemos. Algunos productos son muy difíciles de conseguir, porque las mismas discográficas no se animan a editar. Nos han pedido tantas cosas que no se me viene a la memoria ahora lo más raro que han pedido, pero a veces uno queda perplejo cuando un cliente pide algo muy inusual a sus gustos, pero es una de las cosas que dan satisfacción.”
¿Vinilos vs CDs?: “El vinilo es un fenómeno a nivel mundial. Tenemos material importado, la mayoría de lo que es internacional es importado. Después acá tenemos el fenómeno del rock nacional que tiene muy buena salida. Es algo notable. Yo personalmente tengo material que nunca se llegó a editar en CD. Es importante la venta de vinilo, pero el CD se sigue vendiendo más.
También restauramos vinilos de gente que ya no los quiere por un motivo u otro, entonces llegamos a algún arreglo, vendemos esos a precios muy económicos.”
La cabina para escuchar música una reliquia única que conservan: “Hay gente que no ha vivido en Posadas y dicen que quieren ver las cabinas, aún tenemos las 4 cabinas. Por supuesto que ya no se usa más que 1, pero están las 4 intactas como cuando se inauguró el local. Y eso siempre llamó la atención. Antes, a la salida del colegio iban y se encerraban a escuchar algún tema en especial, que les gustaba y de eso no se olvidan más. Hasta quienes se fueron a vivir al extranjero se acuerdan de eso.”
Tarareado o por Shazam encontramos la canción que buscás: “Hay gente que va buscando específicamente un artista y otros que van viendo que les podemos ofrecer y ahí tenías que ver qué le podía gustar. Y de acuerdo al estilo se le buscaba y se le hacía escuchar.
Ahora es más fácil encontrar, pero antes venían y te decían una partecita de la letra y te decían: ‘Ésa canción yo quiero’. Había letras que no tenían nada que ver con el título. Pero se lo encontrábamos.
En cuanto a instrumentos, más de una vez tuvimos que entrar a Google a ver que es lo que era, porque hay instrumentos que uno dice: ‘No puedo creer que exista’. Ahí se prueba que eso de ‘Yo se todo’ no es así, nunca se sabe todo.”
No podíamos evitar hacerle “la pregunta ‘QD?’“; ¿qué le diría a ese joven Celio que llegó a Posadas a los 18 años? “Le diría que haga lo mismo.
A veces mi nieto me dice: ‘Quedate nomás, que voy y abro yo’, ‘si, si, si’ le digo, pero al día siguiente yo soy el primero que llega. Es algo que lo llevo adentro y para mí lo es todo. Por más que tenga que hacer otra cosa, una vueltita siempre me doy. Es difícil desconectarse de lo que uno ha vivido.”
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