La convivencia vecinal genera innumerables historias. Y en ese aspecto, a diario pueden darse circunstancias que pueden pasar a mayores y demanden así la intervención de la Dirección General de Métodos Participativos de Resolución de Conflictos (conocida como la dirección de mediación comunitaria), área desde donde indicaron que por semana cuentan con un promedio de 150 intervenciones.
“Tenemos un promedio de 150 intervenciones por semana aproximadamente sumando los 13 puntos de atención que se encuentran ubicados en los distintos barrios de la ciudad”, contó Valeria Fiore, titular de la dependencia municipal capitalina. Y agregó, en diálogo con gentecononda.com, que “en general, cuando los conflictos son por temas de convivencia, ruidos molestos, filtraciones, por cuestiones de información y demás se resuelven en más de un 75%”. Ahora, aclaró que “cuesta un poco mas cuando el conflicto es estructural o requiere de alguna modificación de la obra pública o se trata de un conflicto multiparte”.
En cuanto a cifras anuales, mencionó que el promedio es similar y que los ejes para que se abordan en la mediación son múltiples por la cantidad de problemáticas que abordan en cada conflicto. “Muchos de ellos se resuelven sobre la marcha. En otras ocasiones, la situación se repite, no llegando a una solución satisfactoria para las partes y enquistando el problema”, analizó.
“Es ahí donde la mediación comunitaria ofrece un espacio para resolver esas rencillas que surgen del roce natural de la convivencia”, contempló la funcionaria.
Reflexionó que “la mediación es posible aplicarla a cualquier conflicto entre partes, como por ejemplo, en caso de controversia vecinal, familiar, sanitario, escolar, organizacional, entre otros” y detalló que los casos más comunes son ruidos molestos, filtraciones, medianería, uso de espacios comunes, olores, tenencia de mascotas, entre otros.
A modo de reflexión, apuntó que la idea es que cada posadeño “pueda acudir al diálogo para gestionar las situaciones que lo angustian en referencia a vecinos o cuestiones comunitarias, en el convencimiento que la gestión positiva del conflicto hace a la salud social”.
En esa sintonía, indicó que “el diálogo es el canal que permite la escucha y la empatía necesaria para desandar la escalada del conflicto y poder ver a la persona que hay detrás de los prejuicios que genera la emoción del conflicto, permitiendo la restauración del tejido social dañado”.