El sector comercial de Puerto Iguazú sintió el impacto de manera directa el hecho de que para Nación no es prioritario reabrir el puente Tancredo Neves en lo inmediato, como lo había solicitado la Provincia, para el turismo internacional. Si bien, desde el Ejecutivo misionero se elevó el pedido con todos los protocolos ajustados, éste se pateó para más adelante, lo que generó un duro golpe para los principales actores.
Una de las voces que se pronunciaron al respecto fue la del empresario Jorge Antonio, quien calificó de “decepcionante” la decisión “por las expectativas que se generaron a través de la iniciativa del gobernador”. Quien representa a la provincia en la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra), recordó que “han reabierto hoteles, hay búsqueda de personal, esto ocurrió sólo con la expectativa, imaginen qué pasaría con la apertura”.
Por ello, resaltó que “necesitamos de la frontera abierta, Foz nos permite como canal de acceso un flujo de gente que no es posible por otros medios” y a modo de ejemplo, recordó que cuando en el Parque Nacional Iguazú entran un millón y medio de personas al año, por el puente lo hacen 14 millones.
Antonio repasó que “esto habla a las claras de dos indicadores que son diferentes, significativos: el turismo del parque nacional es valioso” y diferenció: “Pero el movimiento del puente también tiene que ver con el comercio, lo gastronómico, agita la economía en una escala que tenemos noción con este cierre”.
Según su visión, este situación fue “como estar en una montaña rusa, vemos la luz y bajamos en tirabuzón y volvemos a foja cero, estamos en el mismo punto” y subrayó que “por el puente entra mucho turismo internacional que no es brasileño, es un canal de ingreso importante”.
Para ser más específico de la importancia del viaducto, citó que esto “va más allá del residente que está en Foz”, y destacó la infraestructura que cuenta la ciudad vecina, capaz de albergar a eventos importantes además de la comunicación con ciudades como San Pablo y Río de Janeiro.
El empresario fue tajante y compartió: “Definitivamente no podemos sobrevivir con el turismo interno, Iguazú tiene 15 mil camas, hay una mano de obra vacante, ociosa, toda esa gente vive en base a esta demanda que no existe y no hay forma de suplantarla”. Por otro lado, trajo a colación que Foz vacunó al ciento por ciento de la población adulta, por lo que “es un escenario completamente diferente en términos de vacunación” comparado con el año pasado. “Ellos trabajan con responsabilidad sanitaria y eso juega a favor”, citó.
A raíz de este contexto, cree que “estaríamos en condiciones de ensayar una prueba piloto”, pero “no abrir de manera desbocada, irresponsable, sino controlada y que nos permita plantear una recuperación”. Por último lamentó que “es muy sorprendente que el Estado nacional no mide con cierta coherencia esta situación”, porque “Iguazú está en una situación de privilegio (a nivel sanitario) y eso jugaría a nuestro favor”.