Una problemática compleja y a la vez dolorosa tiene que ver con las adicciones. Sobre ello hay tareas solventes, tanto desde las esferas del gobierno como también de distintos profesionales. Pero el trabajo es arduo; por ello, recientemente entró en funciones un centro de tratamiento y rehabilitación de adicciones en Posadas, cuyo director terapéutico brindó más detalles en diálogo con Todo puede pasar por Circus 104.9.
“Es importante para toda la ciudad”, resumió Fernando Zappia, titular del centro CMB (cambios muy buenos), que hoy cuenta con tratamiento ambulatorio y casa de día, donde las personas pasan el día con diferentes actividades grupales e individuales para que puedan recuperarse de la adicción que traen.
Sobre la problemática, analizó que el adicto es como “un estigma” y no se tiene conciencia con que es una enfermedad. “Hay que romper con el prejuicio que limita a las personas y al que necesita la ayuda. Pensamos en ofrecer una idea diferente y sumar a lo que hay en la provincia”, indicó y a su vez adelantó que están en tratativas para trabajar en red con el Ministerio de Adicciones.
Profundizó su análisis y precisó que a veces “a las personas hay que ir a buscarlas, que la persona sienta que podés ayudar. Nos encontramos con mucho prejuicio” (en la sociedad) y remarcó que “queremos aportar nuestro granito de arena”.
Por otro lado, remarcó que “no es sencillo hacer algo desde lo privado” y consultado sobre la participación del círculo íntimo, precisó que interactúan con todo el entorno, con todo “vínculo significativo que esté decidido a apoyar a la persona en su proceso de recuperación, lo traemos con nosotros”.
Posteriormente, Zappia detalló la forma de trabajar. Esgrimió que el tratamiento que hacen es por fases, que hace que una persona “tenga una guía de su evolución. Se pasa de adaptación al período de estabilización; luego las terapias, trabajar con las historias personales y en la fase C armar un proyecto de vida con objetivos a corto y mediano plazo”.
Respecto de los tiempos de recuperación aclaró que “no me gusta hablar porque hablamos de personas”, pero estimó un promedio de un año o año y medio para encauzar el tratamiento. “Tienen que ver muchos factores, la recuperación es para el que quiere y eso se nota”, subrayó.
Al momento de definir a las adicciones, explicó que “hablamos de la pérdida del individuo de poder elegir” y agregó que “cualquier adicción empobrece las otras áreas de tu vida”. Remarcó que el adicto no sabe pedir ayuda, por lo que cualquier persona del entorno puede hacerlo y que “la naturaleza de la destrucción” hace que la persona adicta pida ayuda.
También hizo un párrafo para referirse a la juventud, grupo que –entiende- asocia “diversión con descontrol”, sostuvo que los chicos de más temprana edad se inician en las adicciones y se refirió a cómo repercutió en la pandemia. “Muchas personas al quedarse sin rutina decayeron en el consumo y los que venían en recuperación también les afectó”, esgrimió.
Por último Zappia remarcó que “es normal el proceso de la recaída, aunque tenga mala prensa” y que es “parte del proceso, pero no es chiste, puede significar la muerte. La adicción no tiene que ver con el objeto, sino con la personalidad adictiva”.
El centro funciona en Rocamora 2902 (intersección Blas Parera) y aspiran en un corto plazo abrir el dispositivo de internación, algo que está en marcha. Para contacto están los teléfonos 3764-830287/1161902917, a través del sitio web cmbadicciones o también en las redes sociales.