Como consecuencia de la inflación, el poder de compra de la Asignación Universal por Hijo (AUH) cayó 23 por ciento en los últimos dos años, lo cual explica en parte el incremento de la pobreza en la Argentina.
Así lo indica un estudio de la consultora Invecq, que midió la evolución de la inflación y de esa asignación entre las PASO de 2019 y las de este año.
Detrás se ubicaron los haberes de los jubilados -el propio oficialismo empieza a admitir que sufrieron un ajuste con la última reforma previsional- y los salarios.
Este cálculo no tiene en cuenta el adelantamiento del 20% que normalmente es retenido y abonado en diciembre de cada año y que en esta oportunidad se cobró en julio último, para que llegara a impactar en las elecciones primarias.
El informe tampoco incluye el impacto de la Tarjeta Alimentar, que el Gobierno puso en marcha antes de la pandemia para los beneficiarios de AUH que tenían niños menores de 6 años. Desde mayo pasado abarca también a las familias que tienen hijos de hasta 14 años. Este beneficio implica un pago mensual de $ 6.000 para los que tienen un solo hijo y de $ 9.000 para los que tienen dos.
El cálculo arroja que entre las elecciones de 2017 y las del domingo último, los jubilados perdieron 6.000 pesos constantes.