El posadeño tiene 14 años y vive hace 6 meses en Buenos Aires defendiendo los colores del club de Liniers. Su sueño es seguir los pasos de su ídolo: el Dibu Martínez
“El único lugar donde el éxito viene antes que el trabajo es en el diccionario” (Donald Kendall), reza una histórica frase que utilizan la mayoría de los entrenadores de cualquier disciplina en todo el mundo. La misma gráfica la base para cualquier aspirante a deportista profesional. Uriel Díaz, el misionero de 14 años que hoy defiende el arco de Vélez Sarsfield, la entiende a rajatabla: “Irme de mi casa tan chico fue un momento de felicidad y emocionante, pero a la vez triste, porque sabía que tenía que dejar. Lo bueno es que sabía que iba por el buen camino para cumplir mi sueño”. Puro sacrificio.
Uriel comenzó a jugar al fútbol a los 4 años en Guacurarí, una escuelita en Posadas. Poco a poco fue creciendo la pasión por el deporte que sus padres, Liliana y Julio, decidieron llevarlo al club Jorge Gibson Brown. En la institución de la Avenida Cabred, donde surgieron varios cracks, continuó su formación hasta pasar al club San Francisco. Desde allí pegó el salto al “Fortín”.
“Hace tres años vino Boca Juniors a probar jugadores a Posadas. Allí quedó seleccionado entre 16 arqueros y formó parte del selectivo de la ciudad. En ese entonces lo ve Jorge López, que es su actual representante, se comunica conmigo y hace el nexo con “Pili” Benítez, su entrenador de arqueros. Nos ofrece llevarlo a Vélez el año pasado y nosotros, pese al miedo porque era muy chico, aceptamos. Viajó todo el 2022, una vez al mes, para entrenarse con el equipo y en noviembre nos avisaron que quedó seleccionado para vivir en la pensión junto a otros jugadores”, contó Liliana, su mamá. Y siguió: “el 14 de enero lo llevamos con su papá y se quedó definitivamente en el club, becado y siempre con el estudio como obligación”.
Su amor por el fútbol no viene desde la cuna, sino desde el quirófano. Literal. “Él nació por cesárea y al sacarlo de mi panza el obstetra le miró las manos y aseguró que iba a ser arquero. Yo creo que eso le quedó grabado porque fue la primera palabra que escuchó al nacer”, recordó Liliana, en una anécdota increíble que quedará siempre en la memoria de todos.

Hoy, más afianzado, Uriel la rompe debajo de los tres palos en la 9na división de Vélez. “Se extraña a la familia, al comienzo fue difícil porque no conocía a nadie, pero con el correr de los días fui dándome con todos los chicos y me hice amigos”, señaló el futbolista.
En cuanto a su elección por el puesto, no muy común para todos, el portero que estuvo como alcanza pelotas en la reciente despedida de Fabián el “Poroto” Cubero, ídolo de Vélez, detalló que “siempre quise ser diferente a todos y como todos eran jugadores yo quería ser arquero”.
Para cerrar, Uriel dejó en claro quiénes son sus referentes en el deporte. “Quiero ser como mi abuelo que era arquero y que está en el cielo, pero siempre me acompaña. También me gusta el costarricense Keylor Navas, porque siempre hizo un gran esfuerzo y demostró que todo se puede pese a las dificultades. Y Emiliano el “Dibu” Martínez también porque me siento muy identificado con él, ya que se fue de chico de su casa, por su personalidad y su forma de atajar que es muy parecida a la mía”. Un nuevo crack empieza a surgir. El tiempo lo confirmará. Por lo pronto, el fútbol misionero lo festeja…
