La expresión de indignicación brotaba por los poros de Leonardo Méndez. Su impotencia, tal como lo describió, fue mayúscula pero a pesar de lo que vivió en primera persona masticó el momento, trató de tomarse unos segundos y recién allí reflexionar. Su historia repercutió en las redes sociales a través de un video grabado después de que lo inhabiliten a continuar con su trabajo en su carrito de hamburguesas el viernes pasado. En esa ocasión, con los ojos semividriosos, producto del malestar, sintetizó: “Vendo hamburguesas y no me están dejando trabajar, estoy indignado, siento impotencia”, mientras a su lado su hijo se entretenía, desentendido de lo que ocurría.
Con algunos días de distancia del trago amargo, Leonardo narró que a principios de año decidió instalarse en la capital provincial y puso su carro en la intersección de López y Planes y San Martín. En diálogo con Ahora a Nunca por Circus 104.9 recordó que “cuando empezó la cuarentena la gente desapareció de las calles y yo no tenía ningún sistema de delivery. Pensé que iba a durar dos semanas”. En ese período pudo arreglarse con algunos ahorros para mantener a su hijo. Sin embargo, vio que con la flexibilización el movimiento retomó de forma gradul, abrieron varios negocios y decidió abrir el viernes pasado. “Mucha gente me felicitó, yo pongo mucho empeño, en la higiene, en la calidad, siempre trato de dar lo mejor de mí mismo”, sintetizó.
Y luego realizó la cronología de lo que era un buen día y terminó convirtiéndose en un final triste. A las 19.30, cuando prepaba sus cosas, le advierten que un anciano estaba acostado muy cerca de su carrito. Llamó a la Policía para que lo asistan y a los cinco minutos llegó otro patrullero con personal de la Municipalidad. Allí le dicen que no puede estar, el joven responde que se encontraba con su hijo y remató: “Date cuenta cuál es mi situación, vivo el día a día”. Le remarcan otra vez que debía retirarse, pero é insistió para trabajar porque “tengo que ganarme la vida todos los días”. Acto seguido un policía se acercó a persuadirlo y Leonardo le respondió que tenía que estar buscando a los delincuentes, “nadie anda más tranquilo que ellos”.
“Por la cuarentena no podía abrir, acá (por la situación del viernes) me dijeron ‘vos tenés que irte’, y le respondí al policía que tenía que solucionar mi laburo. No quería que pase a mayores, estaba mi hijo, me llevé el carrito y ahí grabé el video que se viralizó”, recordó Leonardo. Y argumentó por qué tuvo tanta repercusión: “La gente lo ve porque se siente identificada con la situación, me enviaron muchos mensajes de apoyo. Estoy bien, pero una persona que no tiene educación le sacan el carrito y se pone a robar”.
Valoró a sus “muy buenos amigos, entre ellos los de Pedido Ya. Por suerte me anotaron en los repartos y gracias a eso no me quedé sin trabajar. Voy a seguir con el carrito pero me estoy organizando con los delivery, tengo la bicicleta y con eso hago los repartos. Mis amigos me hicieron el aguante y no me dejaron tirado”.