‘En 2021 se duplicaron los ataques de ciberdelincuentes en la Argentina’ dice la nota que subimos a Gente Con Onda. Y casualmente, como para corroborar que así es, Javier Gortari fue víctima indirecta de ello.
El docente de economía, exdecano de la Facultad de Humanidades y exrector de la UNaM, Javier Gortari, habló con CIRCUS 104.9.
Fue en la ‘Temporada 11’ del programa QUIÉN DIJO? (lun a vie 15h) donde nos contó como hackearon su agenda de Whatsapp e intentaron estafar a su lista de contactos.
Si bien la modalidad de estafa virtual no es nueva y existe desde los primeros días de Internet; a medida que se fue reinventando la vida virtual, también lo hicieron quienes se encargan de llevar adelante este tipo de delitos.
El modus operandi que ocupan, para estar alertas es el siguiente. Hackean y captan las lista de contactos de Whatsapp (uno de los mensajeros más vulnerables que existe, por lo que seguimos recomendando el uso de Telegram) o de Facebook y comienzan a enviarles mensajes.
En el mismo se avisa que nuestro contacto conocido cambió de número y luego de hablar gentilmente, pide depositar determinada cantidad de dinero en un CBU de una cuenta bancaria a nombre de un titular, en un banco específico, que la gente deposite el dinero allí y que en algunas horas, se le depositaría dólares.
Cabe destacar que si bien hay una oficina de cibercrimen, lastimosamente su accionar no está a la altura de la velocidad con la que se mueven los delincuentes y aún se manejan con otros tiempos; tiempos que realmente están obsoletos ante la celeridad que si tienen estas personas para ciberdelinquir.
Pasen y lean (o escuchen) una nota que sirve para tomar conciencia y estar alerta
“Me hackearon y captaron mi lista de contactos de Whatsapp y Facebook. A partir de eso pretendían estafar a mi lista de contactos. O sea, lo que hicieron fue: A la mayoría de mis contactos le llegó un mensaje que decía que yo había cambiado el número, le desea un feliz año, bla, bla y finalmente cerraba diciendo que tenía unos dólares para vender, que los necesitaba vender, entonces ofrecía 1000, 1500 dólares a un precio atractivo”. Es lo primero que nos dice Javier.
Estar alertas: “La idea era que la gente se enganchara con eso sobre la base de la confianza en mi nombre. Tomaron una foto mía, la pusieron en el perfil. O sea, que todo indicaba que definitivamente podría ser yo. Eso sí, con un detalle, que la característica era de Buenos Aires, entonces mucha gente se alertó por eso, entonces me llamaron a mi número histórico para corroborar si era cierto o no. A partir de ahí me di cuenta de la situación e inmediatamente fui a Jefatura de Policía, a la oficina de cibercrimen, donde además de agregar un número telefónico, también fue el de la cuenta bancaria.”
Cibercrimen, ciberlentos: “Te digo, eso comenzó el Martes pasado (1/2) y hasta el día de ayer tuve noticias que seguían operando, desde un teléfono, o desde el Messenger de Facebook. Por lo cual lo cierto es que la velocidad con la cual se frena esta operatoria delictiva, va mucho más lento de lo que operan los delincuentes.
Yo creo que nos falta un mecanismo más operativo para que inmediatamente, trabajar como si fuera in fraganti. Si en la esquina hay alguien asaltando a una persona, viene la policía y lo detiene; pero en este caso no. En este caso la denuncia va a un juzgado, del juzgado vuelve para darle instrucciones, bla, bla, bla.”
Estafa bien organizada: “Yo llamé el Viernes (4/2) a la oficina de cibercrimen y aún no tenían ninguna noticia del juzgado.
En todo ese interín, los tipos se siguen moviendo. Además, se ve que es una organización, porque revisando las entradas de Facebook, puede ver que había entradas desde Medellín (Colombia), Quito (Ecuador), etc. O sea que es una operatoria compleja, muy organizada. Y si no tenemos mecanismos para actuar más rápido y efectivamente, me parece que estamos lejos, nos queda sólo que cada quien estemos más alertados de las posibles eventualidades de estafas y engaños.”
(Por: Ale Ojeda para Circus y GenteConOnda.com)
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