El estrés en nuestro cuerpo pone en estado de alerta toda nuestra biología enviando una señal de peligro que activa el miedo, haciéndonos entrar en “modo reserva” o “modo ahorro de energía”.
Para ahorrar energía a la hora de dar respuestas bajo altos niveles de estres recurrimos a los mecanismos más primitivos, aquellos que alguna vez nos han garantizado la supervivencia, y que están almacenados en nuestro cerebro reptiliano. Huir, atacar o paralizarse son algunas de estas respuestas.
Cuando no podamos enfrentar una situación estresante lo importante es identificar una estrategia para obtener recursos psíquicos y llevarla a cabo; caminar, meditar, contemplar, respirar concientemente o incluso ingerir alimentos como el chocolate nos devuelve la sensación de bienestar y una vez que hayamos recuperado energía podemos volver a estar creativos para encontrar la mejor forma de transitar lo que nos sucede.
Lo importante es conocerse y reconocerse en situaciones que a veces no nos gustan nada, porque siempre tenemos al menos una oportunidad de hacer algo para mejorarlo.
En la alegría somos invatibles.
PM