Un día como hoy, 6 de Julio, pero de 1996, se editaba “Luzbelito”, el 7mo disco de estudio de la banda argentina de rock, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
Está considerado como uno de los 100 mejores álbumes de los 50 años del rock argentino.
Contextualicemos
Tres años habían pasado desde la edición del éxitoso álbum doble “Lobo suelto, cordero atado” (1993). Hoy que una banda o artista pase 4, 5 o más años sin un LP nuevo no es gran cosa; porque con lanzamientos de video-singles, presentaciones, ya sea en vivo o streaming, puede suceder. Pero contextualicemos: En aquella época, donde mucho de sus ingresos era por venta de discos, 3 años sin que una banda publique nada era realmente una eternidad.
Ya habían logrado varios objetivos camino al mainstream: Salieron del under, luego de ser una banda de culto o de BA y desde “La mosca en la sopa” (1991) habían conseguido masificarse y sonar en las radios. Por lo que “Luzbelito” era esperado con muchas ansías por un público aún más grande. Y cumplieron…
Un trabajo muy político
“El Infierno de Luzbelito es un espejo de nuestra vergüenza.
Somos hijos de multivioladores muertos.
Somos los hijos de puta que van a beber de sus aguas y, ya sabemos, los hijos de puta no descansan nunca”. Se podía leer ni bien abrías el booklet. Una misiva que estaba firmada por un tal “Zippo” (personaje que aparece en la canción “Cruz Diablo”) que no era otro más que el Indio Solari en una de sus tantas personificaciones.
Este texto no es casual. Ya que es un trabajo muy político. Se puede apreciar en mucha de la lírica. En el sonido más sombrío. El segundo lustro de los 90s se daba inicio. Menem iniciaba su 2do mandato, Clinton estaba por finalizar su primero. Privatizaciones, despidos, desocupación, huelgas, corrupción, atentados, asesinatos extraños, TV basura, baratijas importadas.
El neoliberalismo, como siempre perfecto, salvador, maravilloso, comenzaba a mostrar cada vez de manera más intensa la hilacha, siendo la revuelta de Cutral Co la evidencia más clara, del descontento y los estallidos sociales que empezaban a ser moneda corriente.
Todo eso es palpable en casi todas las canciones, lúgubre, pero que cierran podríamos decir con un aliento de esperanza de 7 minutos, llamado “Juguetes perdidos”. Una oda socialanarquista, potente.
En el medio de ese ambiente tan “dark”, una canción dedicada a Pablo Escobar, “Me matan Limón!”. Y dos canciones más “luminosas”, compuestas anterior a la época de su debut “Gulp!” (1985), “Blues de la libertad” y “Mariposa Pontiac/Rock del País”.
Datos de color
Podemos decir que sería el último bajo Del Cielito Records, discográfica que los venía acompañando desde su segundo trabajo, “Oktubre” (1986). Hoy considerado una reliquia, ya que desde 1997, todos sus álbumes comenzaron a ser reeditados bajo su propio sello PR Discos. Además, fue el primero en salir en digipack (cajita de cartón); algo que acompañaría desde ese momento a la banda, hasta el final de su carrera y que tanto el Indio como Skay seguirían en sus respectivos proyectos post-separación.
(Informe: Alejandro Ojeda para Circus y GenteConOnda.com)
Ahora volvé a revivir esta obra maestra del rock argentino, acá: