El ego es difícil dominarlo. Es fuerte, tentador, persuasivo. Sin embargo, mirarse al espejo todos los días y verse bien no significa que todo está resuelto. Al contrario, estimula a seguir por ese camino, consciente o inconscientemente de que en algún momento esa receta será como mínimo elogiada y por qué no imitada. Misiones, en el plano sanitario, sabe que adoptó una postura idónea, más allá de la realidad que tiene nombre propio: Covid-19. Se mira al espejo y es consciente de su presente, cuyas estadísticas arrojan 39 casos. Pero no se golpea el pecho, tampoco apunta a ser ejemplo. Y esa conducta es lo que le permite sostener la serenidad, incluso cuando las cosas están controladas. Aunque ese espejo pasa sus límítes y hace que desde el resto del país se observe con mayor detenimiento a la tierra colorada. Que cuenta con un adicional, el 90 por ciento de sus fronteras lo comparte con Brasil y Paraguay, nada más y nada menos. Así y todo, de las 249 camas de terapia intensiva entre el sector público y privado, casi la mitad están ocupadas, aunque con una salvedad: de ese porcentaje, ningún caso corresponde a coronavirus.
Es acá entonces cuando se produce una idea, planteo o reflexión, como se quiera llamar desde el centralismo. Y si Misiones abre sus puertas en terapia a los infectados de otros puntos del país? Es una cuestión que requiere de un análisis minucioso y que no es tan sencillo como se plantea. Lo dicen desde el mismo seno del gobierno. Misiones fue rigurosa desde el vamos y está atenta con sus fronteras, principalmente del lado brasileño, y cualquier contacto que pueda llegar de Chaco, otro punto caliente.
Para argumentarlo basta una definición del gobernador Oscar Herrera Ahuad en la semana. “La epidemiología no es cuestión de mirar de un día para otro. Requiere de un estudio y análisis de todas las variables; y mucha gente común no mira esas variables que pueden aparecer dentro de 15 o 20 días, cuando recién se puede mirar retrospectivamente y decir ‘pasó esto’”, explicó el primer mandatario.
Con ello no hace falta agregar nada más. Por eso, en sintonía, el presidente de la Nación Alberto Fernández tomó medidas más severas para el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) y Chaco, pero sin incluir a los otros distritos. Sabe que no puede sumar problemas donde la brecha de contagios es menor o se deben atender otros frentes. Como muestra, lo sintetizó el propio Herrera Ahuad: “Estamos en un momento complicadísimo a nivel regional”.
Ese temple que transmite el primer mandatario provincial es lo que traslada a la ciudadanía. A raíz de esto le llama la atención a los taxistas, como ocurrió a principios de semana, porque los vio “descuidados” en las medidas de higiene. Y explicó: “Se trata de una actividad altamente compleja”. En sintonía con el Poder Ejecutivo, en la semana la Legislatura reglamentó el uso de elementos de protección facial para prevenir y controlar propagación de enfermedades respiratorias. Un sostén más al decreto gubernamental que instituía el uso del barbijo en lugares públicos.
Sobre esta iniciativa, la contracara llegó desde el Alto Paraná. Resulta inentendible que el intendente de Wanda Felipe Jeleñ desafíe la cuarentena e inaugure un aula satélite como si no ocurriera nada, sin barbijos ni distanciamiento social con docentes y alumnos. Un claro ejemplo de lo que se mencionaba al principio: el ego endulza, sólo que a veces deja expuesto en los peores momentos.
Sin pirotecnia
En los últimos años hubo un grupo de municipios que legisló sobre el uso de pirotecnia, con el fin claro de prohibir su utilización. Dentro de estos no se encontraba la ciudad de Posadas, cuyo Concejo Deliberante aprobó la normativa que sólo permite la utilización de artefactos con efectos lumínicos y sin sonoridad y prohíbe aquellos de alto impacto. La pronunciación del cuerpo fue de manera unánime y con ello atienden una demanda que crecía con mayor fuerza, principalmente por el perjuicio que le causaba a personas autistas, como también a las mascotas.
