La convivencia entre vecinos hace a un todo. Y en ese ida y vuelta hay situaciones cotidianas que superan la realidad o la hacen singulares, no porque haya un conflicto sino por la particularidad de este. Precisamente esto ocurrió en Posadas, ocasión en que dos vecinos tuvieron a ir a una mediación porque uno denunció que no podía dormir la siesta porque los perros del otro involucrado hacían mucho ruido.
Así entró a mediar la Dirección General de Métodos Participativos de Resolución de conflictos y Fortalecimiento ciudadano, de la Municipalidad de Posadas, que “mapeó el conflicto” y luego reunió a las partes para llegar a una solución pacífica. Pero, ¿cómo arrancó todo? Los involucrados son dos vecinos de la ciudad, de un barrio a dos kilómetros del centro, quienes contaban con un enfrentamiento de larga data.
“Luego de escuchar a cada una de las partes, fueron gestionando emociones, escuchándose y transformando la percepción que cada una tenía respecto a la otra”, narró Valeria Fiore, titular de la Dirección de Mediación, en diálogo con gentecononda.com.
“Entre los intereses identificados, ellos mismos pudieron advertir que tenían mas en común que lo que los distanciaba”, agregó la funcionaria. En ese momento se llegó al quid de la cuestión y se advertió que un punto a trabajar era uno de los perros que ladraba permanentemente en el patio delantero con el que lindaba la habitación del vecino requirente.
“Llegado este punto, el vecino requirente dibujó un plano de la casa ilustrando la situación y el otro vecino advirtió que podía pasar al perro que ladraba mucho -un salchicha- al patio trasero que lindaba con el sector del patio del vecino, evitando así la molestia”, resumió Fiore, quien sumó que entre algunos puntos más de acuerdo, figuraron el buen trato, respeto y el compromiso de regresar a mediación si surgía un nuevo desacuerdo.
Posteriormente, Mediación realizó el seguimiento del acuerdo y comprobó el cumplimiento y la buena convivencia entre vecinos.