Hace rato que se presenta un reclamo desde este punto del país hacia el centralismo. Las bondades que ofrece la provincia pocas veces son devueltas con compensaciones que estén a la altura de esa oferta. Y la mirada no obliga a que ésta sea demasiado minuciosa. Basta con el tipo de política que se implementa (desde el paso fundacional de 1810) y se implementó para advertir que el centralismo y la pampa húmeda concentran los movimientos más sobresalientes. Sin embargo, esa presión por hacerse notar persiste. Se palpa, perfora toda barrera que se haya colocado o que aún se mantenga. Y tiene que ver con recibir lo que se pide de acuerdo a lo que se ofrece. Por más que parezca reiterativo.
Aunque hay una salvedad. Para hacerlo, se debe mostrar una cara a tono, sin puntos rojos y que dé indicios sobre cuáles son las herramientas que se implementan para sostener un equilibrio y a su vez, avanzar en aspectos básicos. Por esa línea se mueve Misiones desde hace tiempo. Es lógico que haya tropezones, pero la identidad no lo negocia. Y desde esa marca defiende sus ideas y las expone, como se da en este ciclo inesperado y que marca un quiebre en la aldea global. Porque el virus Sars-CoV 2 alteró a la sociedad y luego, simultáneamente obligó a que se debe aprender a convivir con la nueva normalidad.
Y dentro de ese contexto, Misiones también se hamaca. Baja la responsabilidad social como condición sine quanon, habilita las actividades y diagrama cómo avanzar de cara al futuro. Como sucedió hace un puñado de días, con la puesta en marcha de manera simbólica del tren de pasajeros; y antes, con la inclusión del puerto posadeño dentro de la hidrovía federal.
Precisamente esos movimientos sirvieron de excusa para lo que se necesitaba. Que ese clamor por el territorio especial aduanero para la provincia se instale en la agenda y haga un poco de ruido. Y algo de eso sucedió, porque Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, en su paso por la tierra colorada recogió el guante y subrayó: “Tenemos que darle a Misiones un desarrollo tributario para que no sea víctima de la competencia desleal”. La presión surtió efecto. Y más allá que todavía es prematuro, genera expectativas para el futuro.
Es el primer paso, claro está. No está todavía para tirar serpentinas, pero esto marca que el camino es por ese lado. Y no es azaroso. Sino que la reciprocidad se consigue con la conducta. Y por ahí pasan los lineamientos de la Provincia. Aunque siempre viene bien un espaldarazo, como en este caso. Una Massazo para hacerse oír en un momento oportuno.