Experiencia. Carácter. Personalidad. Presencia. Liderazgo. Voz de mando. Carlos Izquierdoz es, para muchos, el técnico que Boca tiene dentro de la cancha. Cuando no está Carlitos, el Cali es el capitán. Desde la zaga vigila cada uno de los movimientos del equipo y tiene línea directa con Russo para ordenar a los compañeros y, más de una vez, hacer cumplir las órdenes que llegan desde el banco.
Izquierdoz, junto a Nicolás y Abel Da Graca, miembros de la escuela “Juan Héctor Guidi”.
Sin embargo, el defensor de 31 años no quiere quedarse sólo con eso. Su idea es siempre ir por más, tanto en el fútbol como en la vida. Y por eso tomó una decisión importante para seguir potenciándose como futbolista y de paso, por qué no, empezar a planificar su vida después del retiro. Aunque todavía falta bastante, el rionegrino ya puso primera: inició el curso para ser DT.
El Cali está a un pasito de cumplir los 400 partidos en Primera entre Atlanta, Lanús, Santos Laguna y Boca. Y fue dirigido por varios técnicos que le dejaron enseñanzas y lo marcaron para el resto de su carrera. Entre ellos, Luis Zubeldía (lo hizo debutar en Lanús y lo tuvo en México); Gabriel Schürrer, que lo consolidó en el Grana como marcador central (antes jugaba de lateral) y Guillermo Barros Schelotto, con el que ganó la Sudamericana 2013 y después lo llevó a Boca. Ahora, Izquierdoz buscará sacar lo mejor de cada uno de ellos y volcarlo en la cancha, del otro lado de la línea de cal.
Así es el aula donde tomará clases el defensor de Boca.
Izquierdoz ya tenía la idea dando vueltas en la cabeza, pero se decidió este año. Nicolás Russo, presi de Lanús, fue quien puso al Cali en contacto con el responsable de la escuela “Juan Héctor Guidi”, que funciona en las aulas de la escuela primaria del Grana. Y el defensor no lo dudó. Más: eran tantas las ganas que tenía de arrancar que, concentrado 100% en la recta final de la Superliga y el comienzo de la Libertadores, no quiso perder tiempo y le pidió a su esposa que pasara por la sede a anotarlo.
Dateado por Nicola, el zaguero primero se comunicó con Hernán Da Graca, el director de la escuela, para consultarle días y horarios de las clases y algunos detalles más sobre la cursada. Da Graca (ex futbolista de Lanús y Los Andes, hoy asistente de Eduardo Lara en El Nacional ecuatoriano) le explicó el paso por paso de la cursada y le fue claro en un punto: los jugadores profesionales que participan del curso tienen la falta justificada siempre y cuando se encuentren practicando, concentrando o afectados a un partido. Pero ese día deben pedirle la tarea a un compañero. Cali aceptó las condiciones y hace un par de semanas tuvo primera clase.
Lo recibieron Abel Da Graca (papá de Hernán y supervisor de todas las escuelas pertenecientes a la Asociación Argentina de Técnicos), y Nicolás, hijo del director y asistente de cátedra. Mientras se lo permita el calendario, el Cali debe asistir al club tres veces por semana, de 19 a 22.30. De todos modos, hasta tanto se extienda la cuarentena, podrá cursar a través de un aula digital.
Durante el primer año, el curso tenía lugar en la sala de conferencias de la Fortaleza.
El curso completo dura tres años. Con el primero terminado, el Cali será instructor de fútbol infantil. Y obtendría las licencias C y B de Conmebol. La C lo habilita a entrenar a niños de hasta 12 años. Y la segunda, a dirigir a menores de 15. A fines del 2022 ya obtendría su título de Entrenador Nacional de Fútbol, que por ejemplo le permite hacerse cargo de un combinado Sub 16 o hasta una Cuarta División. Y al cierre del tercer año ya estaría en condiciones de conducir cualquier plantel de Primera y hasta una selección.