Luego de ofrecer la Argentina como puerta de entrada de Rusia a la región, Alberto Fernández sumó gestos hacia otro gigante que está enfrentado a los Estados Unidos y se encuentra en la mira de las potencias y los organismos internacionales de derechos humanos: China.
El contexto geopolítico adquiere especial relevancia para la Argentina en un momento en el que se encuentran aún abiertas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y con la administración de Joe Biden para refinanciar la deuda contraída por Mauricio Macri.
Ya en la noche China y con una temperatura de 4 grados bajo cero, Fernández y su comitiva fueron al Nido, en Beijing, para presenciar la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno. La ceremonia fue boicoteada por los EEUU en virtud de los abusos denunciados en el régimen de Xi Jinping.
Los funcionarios argentinos estuvieron en una cabina especial, aislados del resto de los invitados como consecuencia de restricciones vigentes por la pandemia de coronavirus. En el palco contiguo se encontraba el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, con quien Fernández tiene previsto un encuentro.
Antes de dirigirse al imponente estadio, el Presidente y su comitiva mantuvieron en la capital del gigante asiático una reunión virtual con directivos del laboratorio chino Sinopharm, fabricante de una de las vacunas contra el coronavirus.
La Argentina compró 30 millones de dosis de ese antídoto y ahora negocia para que el producto se realice directamente en el país, en el laboratorio Sinergium Biotech, con capacidad para ofrecer hasta un millón de inoculantes por semana, consignó Infobae.
En ese encuentro hablaron el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kiciloff, y el mandatario argentino, quienes agradecieron la colaboración china en los primeros tiempos de la pandemia en 2021.
A principios del año pasado Argentina adquirió 6 millones de dosis del suero que sirvieron para apuntalar los primeros meses de vacunación contra el Covid-19 y luego, en junio, ese acuerdo se amplió a otros 24 millones que llegaron en los tres meses siguientes.
El presidente argentino ratificó sus ideas sobre el multilateralismo que ya había explicitado en su reciente visita al líder ruso, Vladimir Putin. “Definitivamente, en ese mundo globalizado, la multilateralidad es el gran secreto. Hemos puesto fin al mundo bipolar, y como países tratamos de relacionarnos buscando un mejor destino. La multilateralidad es un gran desafío que tenemos como humanidad. Al Papa Francisco le gusta usar una frase que bien sirve para explicar lo que estoy diciendo: Es hora de construir puentes y derribar muros.