Los expertos en comercio exterior coinciden en que la variable cambiaria es solo una de las que incide en la competitividad de los países. Las exportaciones que Argentina envía a Brasil, por ejemplo, dependen más del ciclo económico en el país vecino, el principal socio comercial de Argentina, por los volúmenes del intercambio.
Si Brasil crece, le compra más a la Argentina, más allá que en nuestro país el dólar esté caro o atrasado o que el real brasileño esté apreciado o barato. En el mismo sentido, y aunque Argentina ocupa el sexto puesto como comprador de productos brasileños, cuando la economía argentina crece le compra más a Brasil, mientras que al caer en recesión las importaciones desde Brasil se desploman, tal como sucedió en 2019.
Más allá de esto, la evolución del tipo de cambio en Brasil influye en la Argentina, donde es común que el Banco Central argentino impulse una devaluación del peso a mayor ritmo cuando Brasil toma la delantera en la depreciación de su moneda, sea ésta avalada por el Banco Central brasileño o determinada por el propio mercado, como ocurre desde el 19 de febrero, cuando empezó a escalar la tensión financiera por el avance del coronavirus.
Fuente: Infobae