Los ocho meses de aislamiento produjeron alteraciones en la conducta. Hubo ocasiones en que, en poco tiempo se pasó de un período de buen humor a otro invadido por una corriente inoportuna con consecuencias negativas. A lo largo de esta pandemia esto fue advertido por los especialistas y la repercusión incidió en toda la franja etaria. Esas inestabilidades son entendibles y pueden afectar a cualquier persona. De hecho, se apreció una extensa cadena solidaria en la sociedad para aquellos que durante la etapa más dura de la cuarentena sintieron en la piel los efectos adversos. Ahora bien, dentro de lo macro está lo micro: y es allí el lugar en que cada persona, de acuerdo al lugar que ocupa, debe dar respuestas. En política se sabe que la función pública obliga a un comportamiento diferente, porque se trabaja por un objetivo común y para un destinatario (la sociedad en general). Es ahí cuando se marca la diferencia, se da un paso adelante y se deja una huella. Ocupar un rol obliga a ser funcionario 24 horas, más allá que -valga el juego de palabras- no se esté en funciones. Y ese mandato forma parte del ABC. Por eso resulta oportuno cuando en campaña, el actual gobernador Oscar Herrera Ahuad fue categórico: ‘el que no trabaja, chau… hasta mañana’. Ya en esa ocasión se marcaba una línea de hacia dónde se encauzaba el norte. Y esa bandera se respetó en esta época de pandemia, ocasión en la sociedad necesitó de respuestas más urgentes. Todo cambió, es cierto y no volverá a ser como antes. Por ello, cuando se está en funciones hay que tomarlo como tal: primero las obligaciones y una vez que llega el momento del descanso o el ocio, tomarlo como es, pero sin descuidar el rol que se tiene. La decisión de los últimos días sobre una funcionaria en una dependencia pública, a quien se separó de su cargo por priorizar las redes sociales antes que su labor, debe ser más que un llamado de atención. Con antecedentes similares, bien vale reflexionar qué lugar se ocupa cuando se está en política. Ayuda a entender por dónde es el camino, qué se representa y cuáles son las pautas. Si no es sencillo, ‘chau, hasta mañana’. Tan claro como el agua.