Como seres racionales, las personas son conscientes o entienden la mayoría de sus actos. Escuchan, interpretan, reflexionan y adoptan decisiones. Este momento coyuntural indica que casi todos los días pesa esta última acción: decidir qué, cómo, dónde, cuándo y por qué. El ida y vuelta de los contagios de covid, la tentación de formar grandes grupos para compartir en época festiva y el riesgo que esto conlleva conforman un combo que se hace presente a la hora de actuar. Y es allí el momento en que se debe raciocinar. Es una mochila que muchas veces se la quiere soltar, sin embargo mantener el equilibrio será clave después de que el laberinto al que se está inmerso todavía no dé indicios de salida. En la provincia los casos se duplicaron y hasta triplicaron. Y si bien la expectativa está puesta en la vacuna, se sabe que todo depende de la cantidad de dosis y luego de la distribución escalonada, ya que la prioridad será el personal esencial. Ante esto, y con esa necesidad de celebrar y reunirse que la amenaza de una situación más compleja está latente. Ya hubo hechos concretos de reuniones en las que se superó el número de personas correspondiente y en el que tampoco primaron los recaudos. Por ello, los controles a lo largo de la provincia deberán ser más estrictos. Demandará un mayor esfuerzo del gobierno, es cierto; pero es el momento en que ese accionar podrá empezar a tener sus frutos a mediados del mes próximo, cuando haya un promedio de los casos nuevos tras las fiestas. Con una estrategia firme desde que arrancó la pandemia, en la tierra colorada, a pesar de algunos intentos por extenderlo, el desborde tan temido se interrumpió en todo momento. Ahora los esfuerzos estarán puestos además en que el personal esencial pueda alcanzar la inmunidad (al menos parcial). ¿Y el común de la gente? Por tiempos, deberá esperar. Pero esto no quita que los cuidados se dejen a un lado. Una buena señal marca que aún hay un sector que entiende los riesgos que existen. Y puede ser que ese grupo sirva de espejo para los que aún se comportan con un grado de rebeldía. No se trata de prejuicios. Sino de ser responsables. Esto va para largo, hay varios frentes que atender y en el medio el día a día continúa. El desafío es que la civilización, a pesar del contexto, esté contenida. Hasta ahora se pudo, más allá que algunos a veces se salgan de la raya y haya lugar para la barbarie. Esperemos que no siga ocurriendo.