Aerolíneas cancelaron o desviaron vuelos hacia Ucrania ante lo crecientes temores de una inminente invasión militar de Rusia pese a intensas gestiones diplomáticas que continuarán esta semana con visitas a ambos países del jefe de Gobierno de Alemania.
Antes de sus visitas, el gobernante alemán, el canciller federal Olaf Scholz, reiteró este domingo que Alemania impondrá “duras” sanciones a Rusia de aplicación inmediata en caso de que se cumplan las predicciones de Occidente de que Moscú invadirá Ucrania.
Scholz se reunirá el lunes en Kiev, la capital de Ucrania, con el presidente Volodimir Zelenski, y un día después será recibido en Moscú por el mandatario ruso, Vladimir Putin, como parte de intensas gestiones diplomáticas para tratar de evitar lo peor.
Estados Unidos y la OTAN dicen que Rusia ha desplegado a más de 100.000 soldados cerca de su frontera con Ucrania y que se prepara para invadir a su vecina exrepública soviética, con cuyo Gobierno nacionalista y prooccidental está fuertemente enfrentada.
Rusia niega tener planes de invadir a Ucrania, pero ha aprovechado la crisis para exigir a Estados Unidos garantías de que Ucrania no ingresará a la OTAN, algo que ve como una amenaza, y que la alianza reducirá sus tropas en países de Europa del Este. Washington y la OTAN rechazaron la exigencia.
Estados Unidos y la OTAN dicen que no enviarán tropas a Ucrania para combatir una invasión rusa, pero Washington y sus aliados han amenazado con sanciones a Moscú que podrían tener gran impacto sobre los suministros de energía y la economía mundial.
En una conversación telefónica de una hora de duración, el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo el sábado a su par ruso, Vladimir Putin, que invadir Ucrania causará “un extendido sufrimiento humano” y acarreará una “respuesta decisiva, con severos costos”.
También el papa Francisco se pronunció sobre el conflicto y pidió a los líderes políticos que se haga “todo el esfuerzo” por la paz en Ucrania.