Las versiones que circularon sobre la posibilidad de que Antonio Aracre se hiciera cargo del Ministerio de Economía, y respecto de un supuesto desdoblamiento cambiario en medio de la crisis, fueron las gotas que rebalsaron el vaso en la relación entre Alberto Fernández y su jefe de Asesores, el ex CEO de Syngenta que había asumido en el verano entre polémicas y fue eyectado de su cargo en la tarde del martes, tan sólo dos meses y medio después.
La incomodidad con el empresario agropecuario se arrastraba en el círculo íntimo del Presidente desde antes de que asumiera. El contenido incendiario de algunas de sus declaraciones públicas previas a tomar el mando de la Jefatura de Asesores formalmente, sobre temas vinculados a la gestión económica, y sus conversaciones off the record con periodistas con adelantos de supuestas políticas generaron ruido en los pasillos de la Casa Rosada desde el primer día.
En Gobierno aseguraron que sus intervenciones, en público como en privado, provocaban confusión sobre el rumbo económico y, además, empeoraban la -ya- tensa relación con el ministro de Economía, Sergio Massa, que le terminó de hacer la cruz definitivamente hace un mes. “Hablaba por nosotros sin información, con opiniones infundadas, que no estaban en línea con lo que estábamos planeando ni diagramando”, dijo un funcionario cercano al primer mandatario para resumir la desvinculación de la administración pública.
Hoy en las filas del ex intendente de Tigre festejaron con un sabor amargo la salida de Aracre. La atribuyeron a una operación de los propios alfiles de Alberto Fernández para eyectarlo definitivamente de su cargo, pero lamentaron el daño que esa misma intervención generó. “Se fue, ¿pero a qué costo? ¿A cuánto quedó el dólar hoy? No midieron”, se lamentó un funcionario después de la corrida de la jornada. Los rumores sobre la salida de Massa impactaron en el mercado y el dólar libre marcó otro récord al tocar los 421 pesos.