“El viaje de Osiris es el viaje a través de la muerte el cual abandona la Duat y se eleva hacia Atum en dirección a los campos paradisíacos” *
(Crónica: ALE OJEDA para CIRCUS y GENTECONONDA.COM)
El día 29 de Febrero a las 23:59h oficialmente, después de 51 años de trayectoria, deja de circular una de las empresas de transporte más emblemáticas que tuvo Posadas: Bencivenga.
Una fecha que sólo sucede cada 4 años. Que particular ¿no? ¿casualidad?
¿Cuántas historias de estudiantes adolescentes yendo o volviendo de la Estudiantina? ¿Cuántos historias de estudiantes de universidad yendo a alguno de los boliches por Av Corrientes o al centro? ¿Cuántas historias de amor y desencuentros; de objetos perdidos y encontrados habrán pasado por allí? ¿Cuántas personas yendo a sus trabajos entre semana o familias volviendo a sus casas después de un paseo de fin de semana?
¿Quiénes recordando su antiguo recorrido de ingreso al centro, antes de los cambios que se iniciaron en 2004 y 2006?
Si bien, había sido vendida ya en 2017 a Río Uruguay, aún hasta la fecha, el mítico 23 seguía circulando bajo el icónico nombre.
Crónica de la última vuelta
Con su cierre, también se va parte de la historia de Posadas. Sobre todo, hacía el Oeste de la ciudad, ya que era el principal vínculo durante décadas tuvo esa populosa zona, con el resto de la urbe.
Parece que también el día sabe de este suceso, ya que es una jornada gris con momentos de lluvia.
Subo en mi habitual parada Mitre y Marcos Paz. Y comienza el recorrido. Vamos por Saenz Peña hasta Sarmiento. El recorrido me lo sé de memoria, ya que prácticamente a diario lo ocupaba para ir a CIRCUS, ya que una de sus paradas, por Junín, me dejaban, literalmente en la puerta de la misma.
Algunas personas descienden, la mayoría asciende. Todas van ensimismadas en su cotidianeidad, quizás sin saber, sin percatarse de que éste, es el último viaje que están haciendo en esta simbólica línea.
Hasta Julio de 2021, su entrada y salida fue por Av López y Planes, hasta que ésta se volvió mano única de acceso.
Después de ello, el viaje hasta Villa Cabello fue por Blas Parera.
Después de 35 minutos de recorrido llegamos hasta la intersección de Arévalo, en Villa Cabello, donde tiene su cabecera. Se detiene unos minutos. Le comento a Carlos, el chofer, que estaba haciendo la crónica del último viaje. Sonríe. Baja, enciende un cigarrillo, mientras contempla el atardecer sobre el río en la Costanera Oeste. No dice mucho, prefiere estar callado. Ambos quedamos en silencio. Ya terminó. Hora de volver a subirse. Pase nuevamente mi tarjeta. Y ahí vamos de nuevo, ahora sí, de regreso por la histórica López y Planes.
Tomamos Av Corrientes, hasta Calle Santa Fe. Sale y nuevamente Sáenz Peña hasta Mitre. Bajo justo en frente a donde subí, pero esta vez no en Marcos Paz, sino que en General Paz.
Lo saludo a Carlos. Y ahí se va, surcando lo que quedaba de la tarde, así como Osiris cuando dejó la Duat y se encaminó hacia el infinito…
* Del libro de Jean Yoyotte: “Osiris en la región de Alejandría” (2010)