Con el párate obligado apenas se decretó la pandemia, afloraron todo tipo de obras de construcción, principalmente en particulares de inversión privada. Ese boom comenzó a modificarse con la flexibilización de las actividades y se ingresó en una meseta; pero ahora nuevamente hay un interés creciente por construir, aunque esto choca con la burocracia a la hora de lograr la habilitación por parte del municipio.
Según pudo saber este medio, hay cerca de 200 pedidos de habilitación de obras privadas que esperan el visto bueno de la Municipalidad para avanzar. Sobre esto, la referencia es para proyectos de inversiones en obras privadas, como por ejemplo fideicomisos, edificios y otros.
Se debe remarcar que el trámite para la habilitación municipal de inicio de obra tiene una demora de entre seis y ocho meses para que las empresas, constructoras, empresarios e inversores puedan comenzar a construir. Y esto ocurre debido a la burocracia con la que aún se trabaja, lo cual “desalienta y genera descontento entre todo el ecosistema involucrado en la inversión privada: arquitectos, ingenieros, obreros, mano de obra, gestores, inversionistas, empresarios y todo el círculo virtuoso que moviliza la economía”, como los comercios que están indirecta y directamente vinculados al sector y se ven perjudicados, agregó una fuente consultada.
Aquí entra a tallar un punto importante: ¿qué es lo que frena para que puedan comenzar a funcionar nuevas firmas en la capital provincial? La primera mirada apunta a lo burocrático, a que todavía hay distintos documentos que se solicitan y en lugar que darle agilidad al trámite lo hacen más pastoso, lo que por lógica demora en el trámite solicitado. En segundo lugar se observa una clara falta de compromiso con la respuesta ágil al vecino, con el simple hecho de no contar con atención en horario de corrido como el resto de las dependencias del municipio, hasta con sostenes procedimientos administrativos de antaño.
En tercer lugar, es notorio la falta de modernización para la operatividad sea dinámica y moderna. El fin del papeleo por el uso de la digitalización es un hecho. Seguir peleando con viejos archivos parece de otro siglo.