Tras tres meses de parálisis, la Cámara de Diputados se hizo finalmente del quórum para sesionar y convirtió en ley el plan de pagos de deuda previsional y el programa de informatización y digitalización de las historias clínicas. Fue en tiempo de descuento y con una mayoría justa –129, ni uno mas ni una menos– que hizo transpirar a la bancada oficialista.
En un debate caldeado, con cruces que llegaron hasta los palcos (y un pedido de expulsión que terminó a los gritos), el Frente de Todos logró sancionar la moratoria previsional con 134 votos a favor y 107 en contra gracias al acompañamiento del Interbloque Federal, Provincias Unidas y la izquierda. Juntos por el Cambio, que bajó al recinto una vez habilitada la sesión, terminó unificando postura y, a diferencia de lo que sucedió en el Senado, todo el interbloque votó en contra. No fue, sin embargo, una postura cómoda para el radicalismo, que vio menguar sus filas al momento de la votación.
La ley, que fue aprobada con 134 votos a favor y 107 en contra, contempla un plan de pagos al que podrán acceder aquellas personas que cumplieron la edad jubilatoria pero no tienen los 30 años de aportes exigidos. Permite, además, que las personas a las que todavía le quedan 10 años para jubilarse puedan ir adelantando los períodos faltantes. La ley beneficiará aproximadamente a 800 mil personas.