La jugadora de 17 años se alzó con dos medallas en su paso por el Panamericano Juvenil que se desarrolló en Pilar, Buenos Aires. Obtuvo la de oro en dobles mixto y la de bronce en individuales. “Es una nena que no tiene techo”, aseguró su mentor en el club Misiones Squash, Jose María Ramírez
Paula Rivero no quiere despertar más del sueño que está viviendo. La misionera, número 1 del ranking argentino, viene de dejar su huella en el XIX Campeonato Panamericano Juvenil de Squash que se desarrolló en Pilar, Buenos Aires, donde se alzó con dos medallas: la de oro en dobles mixto junto al marplatense, Segundo Portabales, y la de bronce en individuales. A su vez, finalizó en el octavo lugar con Argentina en la competencia por equipos.
“Ella es una nena que no tiene techo, que escucha mucho. Si bien en su adolescencia tuvo comportamientos no tan buenos, con algunos chispazos, lo supo mejorar en este torneo y salió todo redondo. Fue un gran certamen para ella en Buenos Aires”, señaló su entrenador en el club Misiones Squash de Posadas e integrante del equipo argentino, Jose Maria Ramírez.
Cabe destacar que desde el año pasado Paula viene sumando preseas junto a su compañero Segundo Portabales, quienes se alzaron con la de Plata en el Sudamericano de Mar del Plata y la de bronce en el Panamericano de Bolivia. “Tiene todos los condimentos para ser grande. Hoy como está tiene todo para estar entre las primeras del mundo”, resaltó Ramírez, quien llenó de elogios a la joven posadeña.
La actividad para la deportista de 17 años aún no para. Si bien se tomó unos días para descansar en Posadas, el próximo fin de semana participará en el Nacional de Mayores de Salta, en la categoría Damas Profesional, buscando subir al podio nuevamente.
Rivero surgió de la cantera del club Misiones Squash (en cercanías al Mercado Modelo La Placita), donde entrena habitualmente junto al Centro Provincial de Alto Rendimiento Deportivo con el profesor, Miguel Seró. “Siempre va en colectivo al Cepard. Es ejemplar su compromiso y constancia”, subrayó Jose. Asimismo sigue con sus estudios secundarios en el Instituto Gutenberg, siendo una alumna ejemplar.
“Estamos viendo si se va a vivir a Buenos Aires o Estados Unidos el año que viene, voy a seguir monitoreando su carrera, y queremos hacer una gira juntos. Ella se siente cómoda entrenando conmigo y yo estoy para acompañarla y guiarla. No soy egoísta pero si consciente que hay que dejarla volar para que siga creciendo y de eso ya lo hablamos con sus padres. Tiene todas las condiciones técnicas y mentales para estar entre las top ten del mundo”, finalizó el coach, quien sigue soñando junto a ella.
