La Major League Soccer (MLS) de fútbol de los Estados Unidos y el ‘Mundo Miami’ entregó este domingo la primera señal concreta de rendición y veneración hacia Lionel Messi, cuando el astro rosarino fue presentado por la noche ante una multitud en el DRV PNK Stadium, de Fort Lauderdale.
Ni siquiera un aguacero intenso, con tormenta eléctrica incluida, que retrasó el comienzo de la fiesta durante más de dos horas, se interpuso como obstáculo para que el público, en su mayoría de origen latino, delirara con la presencia del mejor futbolista del mundo.
Nadie quiso perderse la atracción que representa observar al capitán del seleccionado argentino campeón mundial en Qatar 2022 y todos buscaron retratar ese momento único y repetible que se produjo a las 20.56 hora local (21.56 de la Argentina), cuando el ‘10’ hizo su aparición en el escenario.
“Gracias por hacernos todo fácil a mí, a mi familia. Tengo muchas ganas de empezar a entrenar, de competir. Tengo las ganas de siempre, de querer competir”, sostuvo el rosarino, de 36 años, vestido con un pantalón jean y una remera blanca, con el número 10 en el dorso (el 1 pintado en rosa, el 0 en negro).
“Quiero ayudar al club a que siga creciendo. Estoy feliz de haber elegido este proyecto y la ciudad para estar con mi familia. Estamos para hacer cosas muy lindas”, expresó Messi.
Previamente, también sobre el escenario montado en el campo de juego, el exjugador del Real Madrid y hoy accionista del club, el británico David Beckham, y uno de los dueños de la franquicia, Jorge Más Canosa, le dieron la bienvenida al astro.
Desde temprano, las inmediaciones del Drive Pink Stadium se habían transformado en una suerte de sucursal de cualquier cancha en la Argentina.
Los simpatizantes del Inter Miami, en su gran mayoría latinos, le otorgaron color y calor a una previa, en la que el público comenzó a hacer largas filas, desde la mañana, en los diferentes accesos.
Cuando la tormenta todavía no estaba en ciernes, el rapero cordobés Paulo Londra, uno de los invitados, se dejó ver en el escenario principal, bajo una marea de colaboradores. El músico preparaba la prueba de sonido hasta que las nubes se transformaron en algo más que una amenaza.
Sobrevino una tormenta tropical (muy común por estos días en estas latitudes) que demoró el comienzo de la celebración, pero no aplacó el entusiasmo de la multitud, que buscó guarecerse de la lluvia en sus “automóviles”, tal como recomendó Inter Miami en un comunicado.
Atrás también habían quedado los armados de sets de televisión y medios en general que participaron de las distintas coberturas.
Los idiomas se entremezclaban pero la ‘tonada’ porteña se instaló en distintos sectores de la tribuna lateral. Muchos medios españoles se hicieron presentes también, aunque con cierto recelo por la decisión del astro argentino de partir hacia el continente americano
Sin haber jugado siquiera un minuto por estas latitudes, el público de Miami ya adoptó a aquel pibe que surgió en el baby de Grandoli en Rosario y lo convirtió en su héroe americano, sin importarle demasiado lo que hizo anteriormente en Barcelona o en el París Saint Germain. Hoy se inició otra era.