A los 93 años, murió este domingo Hebe de Bonafini, la presidenta y cofundadora de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y protagonista central de las primeras marchas por la aparición con vida de los 30 mil detenidos desaparecidos secuestrados durante la dictadura cívico militar que se extendió entre 1976 y 1983, un compromiso de lucha que mantuvo hasta el final de su vida.
Incontables muestras de afecto y cariño inundaron las redes sociales desde que se supo la noticia y el Gobierno decretó tres días de duelo nacional por el fallecimiento.
Bonafini había estado internada en octubre pasado para hacerse una serie de chequeos.
Según aquel parte médico se le hicieron “estudios complementarios en relación con patologías crónicas no transmisibles y se ajustó el tratamiento médico”.
El 13 de octubre fue dada de alta y poco después, el 10 de noviembre, volvía a participar de las marchas de las Madres frente a la Casa Rosada. Allí pidió “hacer una pueblada para sacar a todos estos jueces de mierda”, al referirse a los ministros de la Corte Suprema de Justicia.
Pero en los últimos días debió ser internada nuevamente por complicaciones en su salud, situación que fue mantenida bajo estricta reserva por sus allegados.
Había nacido en la ciudad de Ensenada el 4 de diciembre de 1928 y en 1942 se casó Humberto Bonafini, con quien tuvo tres hijos: Jorge Omar, Raúl Alfredo y María Alejandra.
A comienzos de 1977 su hijo mayor Omar fue secuestrado y desaparecido en La Plata, y en diciembre de ese mismo año corrió la misma suerte su otro hijo, Raúl.
Además, al año siguiente desapareció su nuera, María Elena Bugnone Cepeda, esposa de Jorge.
Su labor al frente de Madres de Plaza de Mayo
Hebe María Pastor de Bonafini inició su tarea como presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo en 1979, luego del secuestro y desaparición de la primera titular Azucena Villaflor, entidad en la que se destacó por la lucha por los derechos humanos, contra la impunidad de los culpables de crímenes de lesa humanidad, junto a la reivindicación de la militancia revolucionaria de los detenidos desaparecidos y asesinados.
Hebe no sólo reivindicó las luchas de sus propios hijos, sino que impulsó el reclamo colectivo de las Madres: “Todos son nuestros hijos”.
Siguió su lucha sola aún después de la muerte de su esposo, ocurrida en septiembre de 1982.
Como titular de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, promovió el crecimiento de esa institución. Impulsó la creación de un instituto universitario nacional, un periódico, una radio, una casa cultural y una librería. Además administran el centro cultural de las ex Esma.