‘No rayar las paredes. Gracias’. Rezaba un cartel del camerino, casi como un oxímoron entre todas las escrituras dejadas allí.
Ellos, mientras charlaban de manera animada. Se les sentía muy relajados. Recostados algunos en el sofá, otros parados, hablaban de la lista de canciones, también del show del que van a ser parte como soportes de Biohazard y A.N.I.M.A.L.
Mientras, yo seguía tomando fotografías de las paredes de un lugar icónico que estaba teniendo su última noche.
Les tomo una foto a ellos y aprovechando ese instante de silencio les pregunto: “Cierra La Bionda y uds regresan a tocar ¿Se dieron cuenta que este momento es histórico? ¿cómo lo están viviendo?”
Julio (Saavedra) toma la palabra y responde…
Crónica de una noche sin tiempo
Sólo el eco de ‘San Tuca’ quedó resonando ya con los instrumentos aquietados, mientras, se abrazaron y saludaron a un público eufórico, que se había cantado, saltado, bailado y vibrado todo, como lo vienen haciendo desde hace 25 años.
Habían pasado 9 canciones, pero fue el vertiginoso surfear de ellas, que esa hora y cuarto parecieron que fueron 5 minutos.
Es como si desde acalladas sus sonoridades, no hubieran pasado tantos años, sino, sólo unos días.
Ahí estaba Quique, vaso en alto coreando a capella el estribillo de ‘Tribu’, agitando a toda la masa.
“Acá no es como nos muestra la MTV”, dice una parte de ese himno regional apócrifo de la triple frontera llamado ‘Brazukureparagua’. Previamente, esa foto de finales de los 90s, cuando se formaron, en formato canción, que es ‘Paraná’.
Mientras que ‘Funky’ y ‘Vuelo’, cumplieron en su cometido de agitar.
El sublime descontrol tomó al público que coreaba “¡Mofuñamaco, Mofuñamaco!”. Para nada nuestros sentidos estuvieron dormidos con, ‘Sentidos dormidos’.
Y todo aquello había arrancado poco más de una hora antes, cuando abrieron con ‘Esse’.
Si. Como cuando aquel 23 de Diciembre de 2017, en ese mismo escenario Neto hacía de Papá Noel, y nos regalaban su último recital. Ahora, volvían allí para brindarle pleitesía y el merecido homenaje a La Bionda; ese lugar que supo albergar a toda una generación de artistas nuevos, otr@s ya consagrad@s, en un ejercicio de democracia e igualdad, que se debería imitar.
La noche del 31 con gente riendo y brindando opíparamente, no como si fuera un funeral, sino, simplemente un hasta pronto, un brindis por esa amistad que se va, pero que lo hacemos con la esperanza que vuelva.
“¡Neto es patrimonio cultural!”
… “¿La verdad? No era nuestra idea tocar hoy, pero sabíamos que debíamos estar acá. Ensayamos sólo 5 veces, la química está, hay nomás un poco de nervios, porque no sabemos qué va a pasar arriba, cuando subamos”, respondió Julio.
Y ese grito que se oyó desde un público extasiado, expresa lo que significan para la música de la región, tanto, como el trabajo que por 12 años, realizó también La Bionda.
(Crónica: ALE OJEDA para CIRCUS y GENTECONONDA.COM)