El cordobés logró el oro olímpico y un subcampeonato mundial. Fue el mentor de la “Generación Dorada” y pieza clave para potenciar a las grandes estrellas de nuestro básquet. Nunca más lo llamaron para que vuelva.
El 2 de junio de 2000 no fue un día más en la historia del básquet argentino. Hace exactamente 20 años el entrenador Rubén Magnano era presentado como el nuevo DT de la selección luego de haber rechazado las propuestas anteriores.
Tres años después de su “no” a la celeste y blanca porque en ese momento deportiva y económicamente le convenía dirigir a Atenas, el cordobés se hizo cargo del seleccionado.

Vestido con una campera de cuero negra y luciendo una amplia sonrisa en sus labios, aquel viernes Magnano afirmó sentirse muy comprometido sentimentalmente con la selección y agradeció a las autoridades de la Cabb (Horacio Muratore era el presidente) haberlo designado para el cargo, a la vez que resaltó el apoyo de sus colegas y del periodismo.
“Soy sumamente sentimental, incluso dirigiendo. Hace unos años (en 1997), cuando me ofrecieron la selección estaba con la cabeza y el corazón en otro lado. Sin embargo, estimo que sentimentalmente éste es mi momento”, subrayó Rubén cuando lo presentaron.
Paradójicamente el DT firmó su contrato hasta el día en que culminara la participación de Argentina en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Para eso primero había que clasificar. Y no solo que se consiguió ese objetivo, sino que todo el plantel se volvió de Grecia con la medalla de oro. Épico.

Además, Magnano consiguió todos estos logros al frente de la selección:
Juveniles
• 2000: Campeón Sudamericano Sub 21.
• 2000: Campeón Panamericano Sub 21.
• 2004: Campeón Sudamericano Sub 21.
Mayores
• 2001: Campeón Sudamericano.
• 2001: Campeón Campeonato FIBA Américas.
• 2001: Subcampeón en los Juegos de la Buena Voluntad de Australia.
• 2002: Subcampeón Mundial, Indianápolis.
• 2003: Subcampeón del Preolímpico, República Dominicana.
“Los jugadores tienen que venir a disfrutar de la selección. Deberán hacer un trabajo duro, pero tienen que disfrutar los torneos que jueguen”, fueron algunas de sus primeras palabras, en una clara posición acerca de las expectativas que tenía en torno a los hombres que luego conformaron la llamada “Generación Dorada”.

Un teléfono que no sonó más
Sin dudas, Magnano es el entrenador más exitoso que tuvo la selección argentina de básquet. Por eso sorprende que el cordobés nunca haya sido llamado para un segundo proceso.
El propio DT le brindó este año una entrevista a La Nación en la cual dejó frases muy picantes.

“No tengo idea por qué me despreciaron en la selección. Nunca más me invitaron. Ni siquiera sonó el teléfono para preguntarme si quería volver”, contó el actual director de selecciones en Uruguay.
Y agregó: “En 2015, cuando se cambió el entrenador full time por el part time, ni siquiera estuve entre los postulados”.
Al ser consultado sobre si le dolía ese desprecio, aseguró: “El tiempo me curtió. Uno va ganando en experiencia y las balas ya no me lastiman. En algún momento traté de buscar razones internas, de analizar causas y consecuencias, pero decidí no hacerme mala sangre. Entiendo que hubo una alta cuota de desconsideración de quienes tenían el poder para decidir. Nada más”.
Fuente: Mundod.lavoz.com.ar