El gobernador y los diputados nacionales expresaron su preocupación a Felipe Sola por la bajante de agua en los ríos
Como consecuencia de una sequía histórica durante el verano en Brasil, los ríos Iguazú, Paraná y Uruguay están con los niveles más bajos de los últimos 90 años.
El faltante de agua se ocasionó en un déficit de precipitaciones en el cordón montañoso Serra do Mar, a escasos kilómetros del Océano Atlántico, en el este de Brasil.
El Río Iguazú nace en las cercanías de Curitiba, en el estado de Paraná, y desemboca en el Río Paraná en la Triple Frontera (Puerto Iguazú del lado de Argentina, Foz do Iguaçu por Brasil y Ciudad del Este por Paraguay) y tiene en su curso seis represas hidroeléctricas, que cerraron sus compuertas: Foz de Areia, Salto Segredo, Salto Santiago, Salto Osorio, Salto Caxias y Baixo Iguaçu.
De acuerdo a lo que averiguó este diario, los equipos técnicos de la Cancillería de Argentina mantienen un buen diálogo con sus pares de Brasil, comandados por Ernesto Henrique Fraga Araújo.
Entre ellos mantuvieron teleconferencias y concluyeron este fin de semana, tras una reunión de los técnicos de Itaipú (represa que comparten, aguas arriba del Paraná, Brasil y Paraguay) que el faltante de agua es por un fenómeno natural y no fue forzado.
Esto provocó diversos problemas en la Argentina: se “secaron” las Cataratas del Iguazú (tienen el menor caudal de 2006 y además están cerradas por la cuarentena obligatoria, dada la pandemia de Covid-19 -coronavirus-), dos ciudades de Misiones se quedaron sin agua potable, las represas hidroeléctricas Yacyretá y Salto Grande tienen menos recursos para generar energía y el puerto de Rosario no tiene suficiente profundidad.
De esta forma, se encarecen la logística y la energía en Argentina y complican el aparato productivo. Incluso, hay reportes de muerte de peces por la bajante en los ríos, con un alto impacto al medio ambiente.
“Hay una sequía general en la región que afecta a todos los países de la cuenca. En los próximos días habrá una reunión más formal para que las represas de Brasil habiliten el paso del agua para que no se sequen el Paraná y las Cataratas”, respondieron en Cancillería ante la consulta de El Cronista, y remarcaron que “hay buena predisposición” del país vecino.
Fuentes de la embajada de Brasil en Argentina, en tanto, aseguraron que “no hay ninguna noticia de retención anormal de agua en Brasil que perjudique el flujo hacia la Argentina“.
“Al revés, al tomarse conocimiento de la situación, en carácter extraordinario y para mitigar los efectos de la sequía en Argentina, el caudal del río Iguazú fue aumentado por el lado brasileño en la medida de lo posible. La sequía en la región tiene proporciones históricas: desde junio de 2019, las precipitaciones en toda la región vienen bastante por debajo del promedio histórico.