River despejó toda duda con una goleada por 4-0 sobre Defensa y Justicia que le permitió saltar a los cuartos de final de la Copa Argentina.
En la próxima instancia los riverplatenses se cruzarán con Patronato, de Paraná, que viene de eliminar a Gimnasia y Esgrima La Plata en instancia de octavos.
La victoria de los de Gallardo se plasmó en menos de media hora a partir de la voracidad ofensiva de Pablo Solari, que marcó tres tantos; el restante fue obra de Lucas Beltrán, que cumplió con su sacrificio y facturó con creces.
Sin embargo, y sobre todo en el primer tiempo, esas cifras en el marcador podrían desmentirse si se analizan las numerosas llegadas con posibilidades concretas de gol que tuvo Defensa y Justicia.
De hecho el propio arquero riverplatense Franco Armani tuvo que exigirse hasta el límite de lesionarse en el muslo derecho para evitar que su arco perdiera el cero que después conservaría su reemplazante, Ezequiel Centurión, en el complemento.
El segundo tiempo se convirtió en una prolongación de esa fiesta que se inició para los chaqueños casi una semana antes del partido, cuando coparon las inmediaciones del estadio Centenario, de Sarmiento, de Resistencia, donde 23.000 espectadores colmaron sus graderías para ver a River, al que alentaron sin cesar y recibieron su retribución desde el propio campo de juego.