La Cámara de Diputados llegó a un acuerdo para repudiar el intento de magnicidio. Cuando todo parecía que el Congreso iba a ser nuevamente protagonista de un bochorno basado en desacuerdos políticos, Cecilia Moreau y Germán Martínez aceptaron el pedido de Juntos por el Cambio y quitaron las referencias a las políticas de odio.
“Nunca pensé que esta iba a ser mi la primera sesión que me iba a tocar presidir”, dijo Cecilia Moreau a las 12.55 para empezar la sesión. Allí se pasó a la lectura del repudio unificado. Expresaron el “más enérgico repudio al intento de magnicidio”.
En un primer momento, el documento que escribió Cecilia Moreau instaba a toda la dirigencia a condenar el atentado y pedía el “compromiso de erradicar la violencia política y los discursos de odio”. Esto fue lo que detonó a la oposición, que le avisó al oficialismo que no lo iba a apoyar. A las 10.30 la sesión estaba en riesgo.
Germán Martínez habló con la prensa acreditada para insistir que en ningún momento del texto se acusaba a la oposición de la violencia política. “No se hace referencia a ningún tema que tenga que ver con el espíritu de lo que hemos convocado”, aclaró.
Un rato después los principales jefes de bloque se reunieron en el despacho la presidenta del cuerpo en el primer piso del Palacio Legislativo. De allí salió el acuerdo de replicar el texto que el Senado leyó el jueves apenas unas horas después de que hayan intentado asesinar a la vicepresidenta.
El debate en el recinto
A muchos diputados se les complicó llegar desde sus provincias a la Ciudad de Buenos Aires un sábado. Del radicalismo había solo 12 presentes. Pero a otros como Waldo Wolff y Fernando Iglesias no estuvieron presentes para repudiar el magnicidio. El primero sí estuvo presente en el Congreso. El segundo ni siquiera.
El PRO decidió votar el repudio pero se fue cuando empezaron las expresiones de los diputados. “No es la calle ni el recinto el lugar para determinar los responsables de un delito. No queremos que este hecho gravísimo se use para generar más divisiones”, dijo el jefe del bloque bloque PRO, Cristian Ritondo.
El diputado Javier Milei fue uno de los pocos dirigentes políticos que no repudió el ataque a la vice. A primera hora sus asesores no sabían si iba a asistir o no. Finalmente llegó a las 11.40 acompañado de por su hermana Karina.
En el recinto no repudió el atentado contra vice. Habló de “toda la violencia”, y cargó contra “la casta” porque solo se preocupan cuando “los tocan a uno de ellos”. Pero no nombró ni a la vicepresidenta ni los hechos del jueves por la noche. “Hay muertos hoy, hay muertos mañana y la política se sigue mirando el ombligo. Por eso nosotros dejamos en claro nuestro repudio a toda la violencia, pero no aceptamos este circo dantesco de la política”, disparó.
Al terminar el discurso le dijo a Moreau: “Muchas gracias, presidente”. Y ella replicó: “Gracias, diputada”. El ala oficialista del recinto estalló en risas y aplausos. Acto seguido Milei y su compañera de bloque, Victoria Villarruel, se fueron del hemiciclo. “Ustedes son casta”, le dijo a los oficialistas. Después, miró a los opositores y les dijo: “Y ustedes son cómplices”.
El debate siguió con los discursos de los distintos bloques. El titular de la UCR en Diputados, Mario Negri, señaló que “el discurso que enuncia que ´el violento es el otro´ es puro cinismo, es mirar la viga en el ojo ajeno”. “No ayuda, no es sincero, no construye. Hace falta un enorme mea culpa para tener la dignidad suficiente de convocar a un gran acuerdo nacional para defender la democracia”, explicó.