El hecho fue denunciado hace más de un lustro; y la propia madre de la víctima lo resumió: “Hace siete años esperamos el juicio”. Paula Meier encabeza la lucha junto a sus padres para que la causa que investiga el abuso sexual de su hija concluya en el debate oral, instancia que desde hace varios meses se viene postergando.
La causa envuelve a dos familias reconocidas de Posadas, que cobró notoriedad porque desde el seno de la madre denunciaron al padre de la niña por abuso. A raíz de ello comenzó una puja dentro de los estrados judiciales (la causa se encuentra en el Tribunal Oral Penal 1) como fuera de ellos que se mantiene hasta ahora.
Paula dialogó con Ahora o Nunca por Circus 104.9 y recordó que se separó del padre cuando su hja (hoy de 12 años), tenía entre 2 y 3 años. Allí ya habían existido indicios, pero cuando la pequeña tenía 4 años, desde la escuela la citaron porque vieron actitudes extrañas, como por ejemplo que no quería socializar. La situación explotó cuando la víctima manifestó algunos signos y luego contó la situación frente a sus padres.
“El hecho por el cual me separo fue por un hecho violento, y habían otros signos, mi hija no quería sentarse al lado de su padre, no quería ir a la casa”, relató Paula, quien además no pudo determinar cuándo empezar los abusos y tampoco cuánto tiempo duró.
Hay exámenes que coinciden con el relato de la menor en Cámara Gesell, precisó Meier y resaltó que “hace cinco años se elevó la causa a juicio, estamos a la espera. El año pasado pusieron fecha para el 3 de septiembre y de repente nos encontramos con que el abogado no iba a estar”. Debido a esto, el debate fue suspendido y Paula junto a su familia se constituyeron como querellantes particulares. ¿Qué esperan? “El juicio, nada más, el resto de las cosas ya está”, expresó. Recordó que sólo está imputado el padre, aunque su hija “no llegó a terminar de contar el relato. En otras ocasiones, contó que los abuelos (paternos) eran partícipes, no puedo decir hasta qué punto. Ella los mencionó frente a una jueza de familia”.
La madre de la niña recordó los problemas que tuvieron en toda esta etapa, que les llevó a realizar por ejemplo una marcha para que salga la cautelar hacia el padre. La denuncia se hizo 28 de mayo del 2013, y la restricción fue a los seis meses. En todo este tiempo también denunció que dos veces los abuelos paternos quisieron llevarse a la niña por la fuerza y a raíz de ello pidieron una nueva cautelar.
Hoy Paula y su familia pretenden dejar atrás ese dolor. Señaló que su hija “quiere justicia, no se olvida lo que vivió pero quiere que se termine. Quiere salir a la calle sin miedo porque hoy tiene miedo”.
Y fue reveladora en cuánto a lo que esperan: “Que pague por lo que hizo. Algo muy importante para ella, que él pierda la patria potestad. Que no tenga ningún derecho sobre ella. Ella nunca más quiere saber de esa familia”.
También valoró que en todo este tiempo “mis padres (abuelos maternos) siempre estuvieron conteniéndole, me apoyaron a mí y a mi hija” y confió que hoy su hija “está muy bien, es especial, se preocupa por los demás. Pero hubieron secuelas, más que nada en la parte de aprendizaje. Hoy tiene todo un equipo psicopedagógico que la pudo sacar adelante, ella logró procesar su historia de manera distinta”.
Detalló que cuando los niños “sufren abusos es como que se quedan en la edad que sufrieron ese hecho” y dio como ejemplo: “Me pasó con los juegos, cuando dibujaba su cuerpo tachaba sus partes íntimas Y tenía terror a las escaleras”.
Paula resaltó el valor de su hija, al contar que muchas veces su hija dice “quiero contar mi historia para que a otros niños no les pase lo mismo” y puntualizó: “Hay que creer en los niños, no inventan un hecho que no vivió. Queremos justicia por todo el dolor que sufrió mi hija”.