A medida que aparecieron los nombres que aspiraban a una banca en el Concejo Deliberante posadeño, en mayor o menor medida uno de los atractivos es saber qué piensan, cómo actúan y qué ideas cuentan para perseguir un cambio o, en todo caso, una continuidad en cuanto a línea política. Varios de ellos desfilaron públicamente, a través de los medios o redes, ocasión en que se comenzó a trazar un perfil de éstos y contar con más elementos para saber con qué se va a encontrar el electorado.
Cultivar un perfil político no se hace de la noche a la mañana, es más: conlleva un montón de ingredientes para los cuales hay que estar preparados y que tienen su gestación en dos ramas: una, desde una cualidad innata; esto es la característica propia de la persona. Y la otra, con los elementos que incorpora para darle forma al dirigente propiamente dicho.
Con indicios y algo más, y a pesar de que lanzarse a la política conlleva capacitación, hay un ítem que no es menor y que el electorado espera no se pierda. Tiene que ver con la esencia, con mostrarse como tal, sin necesidad de ‘inventar’ o forzar algo que se sabe no va a ser oportuno y tampoco válido a la hora de buscar esa empatía con el electorado. Es más, se sabe que aquellos que trataron de mostrarse como no lo son, al poco tiempo perdieron el (poco o mucho) crédito que habían logrado y a la larga ese accionar les pasó factura.
Los nombres brotan, eso está claro. Pero desde ahí el electorado será hábil para identificar quiénes hablan su mismo idioma y quiénes se meten al barro con el claro fin de acortar la desigualdad y que haya las mismas oportunidades para todos. Será un desafío interesante para los que vayan a sufragar el 6 de junio, con el agregado de que la pandemia cambió todas las fichas y hoy por hoy hay muchas temáticas que si bien estaban en la agenda con anterioridad, cobran relevancia porque garantizan calidad de vida.
Del otro lado habrá dirigentes expectantes (varios haciendo un curso acelerado en la política), conscientes de que importa el discurso y las formas. Porque las exigencias son las mismas y convencer con argumentos es lo que aguarda el ciudadano común, ávido de que su realidad cambie. Algo de eso resumió la candidata Malena Mazal hace un puñado de días, al afirmar que la política es el modo de transformar las realidades. Ese gesto espera la sociedad. Ni más, ni menos.