El fútbol argentino, de luto: a los 85 años, murió César Luis Menotti. El ex director técnico de Argentina campeona en 1978 y Director de Selecciones que respaldó a Lionel Scaloni en la gesta que decantó en el título en Qatar 2022, dejó un legado eterno, tanto a partir de su estilo y filosofía, como también desde la organización que sentó las bases de las mejores épocas del combinado nacional.
Menotti es el director técnico que ganó el primer Mundial con la selección argentina, el que marcó un antes y un después, en octubre de 1974, con su trabajo a largo plazo en tiempos de inestabilidad institucional en el país y en la AFA, el que generó la primera gran grieta futbolera nacional en sus polémicas con Carlos Bilardo desde 1982, el que forjó uno de los mejores elencos de la historia con el Huracán del 73, el de frases efectistas recordadas por muchos acerca de distinta clase de jugadores, al que fue a buscar nada menos que Josep Guardiola cuando se iniciaba en su carrera de entrenador, o el que sostiene que admira más a los músicos y cantantes que a cualquier personaje de su propio ambiente.
Debutó en 1960 en Rosario Central con sólo seis partidos en Reserva y jugó allí cuatro años hasta que pasó a Racing en 1964 y a Boca en 1965. Alberto J. Armando, el carismático presidente xeneize, nunca le perdonó que errara un penal contra Real Madrid con el que Boca perdió la Copa Mohamed, en Marruecos, y en 1967 emigró a los Estados Unidos para jugar en The Generals de Nueva York, y en 1968 viajó a Brasil para jugar por el Santos de Pelé y fue campeón paulista de ese año. Estuvo allí dos años y en 1970, pasó al Juventus de San Pablo, donde se retiró y ese mismo año empezó como ayudante de su amigo Juárez, en Newell’s.
Su vida como DT cambiaría para siempre en 1972, cuando fue convocado para dirigir al plantel de Huracán y se encontró con jugadores de primer nivel surgidos del club, como Miguel Brindisi y Carlos Babington, a los que se sumaron veteranos como Jorge Carrascosa, Alfio Basile y Roque Avallay, un talentoso volante como Omar Larrosa y especialmente, un muy hábil puntero derecho desde Defensores de Belgrano, desde el ascenso: René Houseman.
Ese equipo de Huracán no sólo ganó el Metropolitano de 1973, el primer título profesional de la historia del club, sino que desplegó un fútbol brillante que proyectó a Menotti a la selección nacional tras el Mundial de Alemania Federal en 1974, en tiempos de enorme inestabilidad política e institucional en el país y en la AFA.
Conquistó el Mundial 78, siguió trabajando en la selección argentina por cuatro años más, con la mira en España 1982, con la base anterior y el agregado de los campeones juveniles en Japón, pero muchos sostienen que la soberbia por los títulos conseguidos lo fue distanciando.
Una vez finalizado el Mundial de España, en el que la selección argentina quedó eliminada en la segunda fase por Italia y Brasil, Menotti se reencontró con Maradona en el Barcelona, cuando fue convocado para reemplazar a Udo Lattek. En esa temporada, 1982/83, ganó la Copa del Rey y la Copa de la Liga pero sólo pudo ganar una Supercopa de España.
En 1986/87 fue convocado por la dirigencia de un Boca que salía de una crisis que casi lo lleva a la quiebra y en pocos partidos, fue protagonista del torneo con su estilo muy identificable de juego, aunque el campeón fue Rosario Central, y escribió junto a Angel Cappa el libro “Fútbol sin trampas”.
Cuando parecía que Boca se afirmaría en los primeros lugares con un equipo ya ensamblado, Menotti informó que se iba al Atlético de Madrid para la temporada 1987/88 por “asuntos personales”. Tampoco tuvo suerte al regresar a la Argentina para dirigir a River en 1988/89, pese a la contratación de jugadores como Batista, Borghi y el regreso desde Europa de Passarella, duró muy poco en Peñarol en 1989/90, donde fue despedido por malos resultados y en agosto de 1991 fue convocado para dirigir a la selección de México, donde permaneció un año y medio.
Para la temporada 1993/94 volvió a ser llamado por Boca, pero su campaña fue irregular. Perdió 0-3 contra el River de Américo Gallego, y no pudo pasar del grupo clasificatorio de Copa Libertadores 1994, con los brasileños Cruzeiro (con Ronaldo) y Palmeiras y Vélez. Con el Palmeiras llegó a caer 6-1 en San Pablo.
En 1996 asumió en Independiente y la hinchada se había identificado con el equipo, pero cuando estaba muy cerca de pelear el campeonato con River, se fue a pocas fechas del final por estar “en desacuerdo con el sistema de disputa de los torneos en la AFA”. Sin embargo, se confirmaron con las horas las versiones de que había sido contratado por la Sampdoria, con Klinsmann y Ariel Ortega. A las ocho fechas fue sustituido por malos resultados… Y volvió a Independiente hasta 1999, pero tampoco le fue bien.
En 2002 tomó la dirección técnica del club de sus amores, Rosario Central, pero tras un comienzo arrasador, con 5 triunfos y un empate (el clásico ante NOB entre ellos), fue despedido en la fecha 15, y en 2005 dirigió otra vez a Independiente pero duró ocho fechas y volvió a ser despedido. Luego, un breve paso por México: en 2006 dirigió al Puebla y en 2007 a los Tecos.
Su cuarto paso por Independiente llegó en 2009 cuando el presidente del club, Julio Comparada, lo contrató como manager, pero tuvo muchos choques con el DT Gallego.
Su última tarea fue como director de las selecciones nacionales, cargo que ostentó cuando el equipo argentino se coronó campeón del mundo en Qatar 2022.
Estuvo sin dirigir durante muchos años por no estar casi nunca de acuerdo con el sistema y sin deseos de emigrar para estar en contacto con sus nietos, Menotti nunca se dio por vencido: “Yo no me retiro nunca. Sólo la muerte te puede retirar”.