A Gustavo Fernández (26) no lo nubla haberse consagrado en Roland Garros, Australia o Wimbledon en tenis adaptado. Tampoco lograr la chapa de número 1 del mundo en esa disciplina. Deja de lado el estrellato o las mieles de la fama, como en 2019, cuando sentó postura y no participó de los Premios Olimpia porque se sintió discriminado al ser incluido en la terna paralímpicos y no en la de tenis. Hoy dejó de lado su parte temperamental para convertirse en más racional. Así y todo, el hambre competitivo lo sostiene de forma intacta, como también el deseo de que aquellas personas puedan convencerse de cumplir sus metas, sin importar qué obstáculos hay enfrente, como lo contó a Sin Filtro por Circus 104.9. Instalado en Buenos Aires, llegó hace una semana de la gira y empezó a programar el Masters, aunque la cancelación de este torneo lo llevó a “reestructurar el futuro”, contó. Como todos fue “en búsqueda del sueño, tenía muy claro dónde quería ir, tenía el objetivo claro y la vida me fue llevando”, se sinceró el cordobés de Río Tercero. Claro, tuvo el empuje de papá Gustavo ex basquetbolista y otro ejemplo, como su hermano Juan Manuel (ex selección argentina de básquet), aunque “cuando era chico no me importaba qué deportes, me encantaba y quería ser profesional, soñaba con destacarme. A medida que fui creciendo me enganché, el destino me llevó por ese lado”, recordó. Evaluó que dedicarse al tenis convencional también “es complicado”, que en Argentina “es una desventaja porque es un deporte caro y cuesta mucho pasar todos los filtros, entre esos los deportivos. Es real el sacrificio económico, o tenés suerte o mucha banca económica, yo tuve suerte que apareció el Enard”, y remarcó tanto en el convencional como el adaptado “el sacrificio y el entrenamiento es el mismo”. Se esperanzó en que “ojalá el deporte siga creciendo, es verdad que se le dio mucha difusión, espero que siga creciendo para que Argentina pueda desarrollar una base de tenis adaptado a futuro” y consideró que “para mí los chicos en silla de ruedas, ojalá le sirva de inspiración; hay que tratar el hecho de que la discapacidad no sea un problema, está bueno que yo tuve un sueño y que vean que tienen la posibilidad de hacerlo, eso es fundamental. Para mí es importante sacarle de la mente que se sientan menos o estén bajoneados”. Fernández entiende que el logro ayuda a eso, “pero el día que no haya logros se pierde la inspiración, para mí es más importante cambiar el concepto y realmente dar un paso adelante en profundidad, que todos podamos ir en búsqueda de lo que queremos, que se inculque esa línea”. Ahora, apunta a las próximas competencias en enero. Mientras compartirá con su familia en Córdoba, su novia misionera Florencia y aventuró algún día recorrer con tiempo la tierra colorada. “La pretemporada será más larga, con un 20/21 con mucha incertidumbre, la idea es retomar a full lo que vine haciendo este año”, remató.