Quiero pedir disculpas”, dijo Máximo Thomsen, el acusado más complicado en el juicio por la muerte de Fernando Báez Sosa, al solicitar dar una declaración ante el tribunal que lo juzga junto a sus siete amigos por el crimen, cometido en Villa Gesell en el verano de 2020.
“Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido tener intenciones de matar a alguien”, sostuvo Thomsen ante el tribunal.
“A uno de los chicos le gustaba el arrista que tocaba en Le Brique, por eso fuimos”, dijo el acusado, quien declaró además que ese 18 de enero de 2020, “cuando se hizo de noche ya estábamos medio mamados”.
Thomsen continuó su relato: “Fui por el pasillo y sentí que me pegaron dos piñas en las costillas. Veo que uno de mis amigos se está por meter en una ronda de gente desconocida, me metí para sacar a un amigo y sentí una piña en la cara”.
Juan Pedro Guarino, el rugbier que inicialmente era parte del grupo imputado por la muerte de Fernando y luego fue desvinculado y sobreseído, aseguró que no vio los golpes que sus amigos le dieron al joven, pero sí a Máximo Thomsen al lado “de un chico” quien resultó ser la víctima, pero aclaró que se enteró al día siguiente.
“No lo podía creer” dijo, ante lo cual el abogado querellante Fernando Burlando le preguntó por qué: “Habíamos ido de vacaciones a pasarla bien, ellos ya se habían peleado anteriores veces, yo había hablado con mi mamá y mi novia que si volvía a pasar, yo me iba a volver de las vacaciones. Por eso digo que no lo podía creer”.
“Sentí hasta vergüenza, me da mucho dolor”, acotó Guarino.