Se acercan las fiestas de fin de año, entre ellas la Navidad, y la tendencia suele ser dónde, cómo y con quién se compartirá ese momento, en el cual en primer lugar el significado es especial para los católicos y en segundo, se proyecta y desean buenos augurios para el año entrante. Hay lugar también para que una de las inquietudes se centre en qué regalo se recibirá, hasta quizás de manera simbólica, pero que signifique que algo bueno está por venir. Y precisamente esos buenos augurios es lo que necesita el grueso de la población mundial, afectada por una pandemia sin precedentes en el siglo XXI.
Entonces, lo que puede parecer como un ritual no lo será en esta ocasión. Y a pesar que algunos intenten disimularlo, está claro que estas celebraciones tendrán una connotación diferente a las demás. La prioridad pasará por tratar de compartir con los seres afines, pero de la mano debe formar parte el decálogo de cuáles son los cuidados que se deben tener por si algún desmemoriado cree que esto pasó.
Si no, basta con observar el parte sanitario diario, en el cual los casos en la provincia arrojan que del promedio de 10 se saltó al doble prácticamente. Con varios frentes que asoman a corto y largo plazo (apertura del puente, turismo y por qué no las clases, aunque estén más distantes), el escenario en la provincia se altera y no para mejor. Con el aumento de los casos, que superan los 700, todo indica que más temprano que tarde se llegará al millar. ¿Y ahí que hacemos? No hay recetas, porque más allá de la proximidad de la vacuna, la prioridad debe pasar por el cuidado personal y ser conscientes de que hay una nueva era. Que hay aval para las reuniones? Sí… Qué se tiene el visto bueno para práctica de deportes? También… Que se pueden asistir a restoranes y eventos? Es verdad. Pero todo ello dentro de un marco de responsabilidad, que debe ser nuestro concepto de cabecera de ahora en más. Otro dato que indica el por qué, tiene que ver con que más municipios empiezan a verse afectados por los contagios y que Paraguay ve cómo su sistema de salud empezó a tambalear por efecto del rebrote.
Así las cosas, en el medio se acercan unas celebraciones que son clásicas y a las cuales la mayoría quiere compartir. Se entiende que después de tantos meses aislados, con costumbres nuevas y barbijos por doquier, haya un sentido de liberación y un abrazo que pueda simbolizar más que una fiesta. Habrá mucho desahogo, es verdad. Pero también mucho de reflexión. El presente indica que el cuidado es la base para renovar energías y apostar a que haya otra cara en 2021. Papá Noel puede llegar, es cierto: pero entre su regalo, el mensaje más importante sale de manera uniforme para todos: cuidarse y ser responsables. A largo plazo, el esfuerzo valdrá la pena.
Una liga que promete
La reciente reunión bautizada como ‘Liga de gobernadores’ del NEA Y NOA (o Norte grande) se presentó como auspiciosa y marcó el rumbo para los tiempos que corren. Hace rato que varios temas comunes entre esas provincias necesitaban ser profundizados y ese cónclave sirvió como trampolín para trazar pautas en temas clave, como transporte, energía, entre otros. Misiones, con un rol activo e integrada, dio una muestra más de que el proyecto misionerista tiene bases fuertes. Y que a los logros unilaterales pueden sumarse mejoras grupales. Un caso testigo es la hidrovía, históricamente en la agenda nacional.
No es momento para cortarse, más cuando los objetivos y las demandas son comunes. Por ello, el encuentro fue auspicioso y marcó un punto de partida. Y lo bueno es que Misiones es protagonista en esa mesa grande.