La reciente aprobación de una ordenanza que modifica algunos puntos de la que estaba vigente sobre el servicio de taxi fue un cimbronazo. Desde el sector que nuclea a los trabajadores del volante se tomaron unos días para analizar los pormenores y actuaron en consecuencia, por estos días de Mundial, con los tapones de punta.
La jugada de los taxistas fue con todo: cortaron las inmediaciones a la Municipalidad de Posadas y el Concejo Deliberante durante la mañana de este lunes y exigieron dialogar con el intendente Leonardo Stelatto, quien debe dar el último remate para promulgar la ordenanza aprobada la semana pasada. Pero como el alcalde posadeño se negó a recibirlos, fueron más allá y bloquearon los puntos de acceso al centro, esto es sobre sectores de las conocidas ‘cuatro avenidas’.
Los taxistas que representan a la Asociación de Propietarios ya habían adelantado a gentecononda la semana pasada que los “muchachos estaban calientes”. Entre las peticiones se hallaban que no se modifiquen el período de licencia de los choferes y que se elimine un impuesto anual equivalente a nafta Infinia. Sin embargo esos puntos, entre otros, no fueron contemplados como querían los trabajadores y la ordenanza contó con el aval del Concejo.
Por ello, el fin de semana se tejió la reacción. De hecho, fuentes ligadas a los taxistas habían advertido que no descartaban medidas de fuerza, hecho que se concretó esta mañana.
Desde el sector de los conductores afirmaron que intentaron gestionar el diálogo con Lalo Stelatto, pero “no hubo acuerdo” para que se concrete. Entonces, pasado el mediodía fueron más allá y avisaron: “En las próximas horas se paraliza el centro por completo”. Así, los cortes de acceso al centro se multiplicaron a tal punto que los vehículos que intentaban acceder lo hacían por las plazoletas que conforman los bulevares.
“Toda la semana vamos a estar firmes, al centro nadie entra y nadie sale”, advirtió uno de los líderes de la protesta y avisó que mañana “sigue el corte; pero todo, las entradas y las salidas”.
Lo inesperado llegó a fin de año y sacudió los cimientos de la Municipalidad. La pelota la tiene el intendente, quien hasta el momento no dio señales de calmar las aguas.